Las relaciones humanas en el trabajo, podrían parecer extrañas, pero estos consejos te ayudarán.
Pasamos más tiempo en el trabajo que en casa, y eso hace que las relaciones humanas en el entorno laboral sean esenciales.
Pero, ¿qué tipo de vínculo debe prevalecer? ¿Somos amigos, compañeros, colaboradores? ¿Y qué pasa cuando uno se convierte en jefe? En los pasillos de toda oficina, taller o empresa ronda una pregunta que, aunque no se dice en voz alta, todos se hacen: ¿cómo me debo relacionar con los demás sin perder profesionalismo ni humanidad?
¿Amigos o compañeros?
Aunque muchos desarrollan lazos de amistad sincera en el trabajo, no es una regla. La mayoría de relaciones laborales son de compañerismo o colaboración: se trata de convivir, compartir responsabilidades, coordinarse y lograr objetivos comunes.

¿Entonces qué somos?
La respuesta más saludable para muchos expertos en recursos humanos es: colaboradores con trato humano y respeto mutuo. Ser cordial, empático y solidario no exige que todos sean amigos íntimos, pero sí que haya un ambiente de respeto, escucha y cooperación.

¿Y si me toca ser jefe?
Ser jefe no es solo mandar: es liderar, acompañar, tomar decisiones difíciles y muchas veces ser el “villano” aunque no se quiera. Algunos creen que al convertirse en jefes perderán la cercanía con el equipo, pero esto depende de cómo se ejerce el liderazgo.
Las relaciones humanas en el trabajo son como una cuerda tensa: deben estar bien ajustadas, pero no demasiado rígidas. Saber convivir, trabajar juntos y respetarse es más importante que ser “amigos” o mantener distancia fría. Y para los jefes, el liderazgo con humanidad es la clave del éxito duradero.