Guate Nuestra

Procesión acuática del Niño Dios en Amatitlán: Tradición, memoria y presente

La procesión acuática del Niño Jesús de Amatitlán, cada 3 de mayo es una tradición única en Latinoamérica. Une a la comunidad en un homenaje lleno de fervor, donde flores, rezos y cánticos convierten el recorrido en una celebración inolvidable en mi memoria durante la infancia.

Por Beatriz Tercero

¿Alguna vez has visto la procesión acuática del Niño Dios en Amatitán? En mi niñez tuve la fortuna de visitar ese particular municipio cada 3 de mayo. Recuerdo que la noche antes del viaje no dormía de la emoción que era salir de paseo en el carro de mi abuelo. Mi abuela se levantaba a las 3 de la mañana para preparar la comida. Ella siempre dijo “no hay como llevar comida de casa. Y se gasta menos”.

Mis abuelos levantaban a mi primo, tres años menor que yo, y a mí a las 5 de la mañana, ya todo estaba listo. El carro ya lo había revisado mi abuelo, y la comida estaba caliente aún, pero ya todo guardado en el carro, para “comer algo en el camino”. Así es como comenzaba mi recorrido desde la ciudad de Guatemala hacia Amatitlán cada 3 de mayo en la década de los 90.

 – SoyMigrante.com REVISTA
El Zarquito, el Niño Dios de Amatitlán. Foto: Viernes Santo En Guatemala Para El Mundo

Una tradición única de más de 70 años

La procesión acuática del Niño Dios se revive una vez más cada 3 de mayo en Amatitlán. Es una tradición única en Latinoamérica que se celebra cada 3 de mayo, coincidiendo con el Día de la Santa Cruz. Esta festividad combina elementos religiosos y culturales, destacando por su recorrido sobre las aguas del Lago de Amatitlán, actualmente contaminado significativamente por la degradación ambiental del área: desechos sólidos, entre otros, y por las cianobacterias, que una vez se quisieran contrarrestar con “agua mágica”.

¿Quién es el Zarquito?

Desde 1947, la procesión acuática se ha consolidado como el evento principal de la festividad. Cada 3 de mayo, la imagen del Niño Dios, conocida cariñosamente como “El Zarquito” por sus ojos verdes, es llevada en una embarcación adornada con flores y acompañada por numerosas lanchas que recorren el lago.Esta manifestación de fe es única en su tipo en Latinoamérica.

Durante el recorrido, es común observar alfombras de flores flotando sobre el agua, preparadas por los feligreses para honrar al Niño Dios. Además, se realizan bailes de lanchas y se disfrutan de comidas tradicionales como dulces de azúcar, pescas y mojarras del lago, enriqueciendo la celebración con sabores locales.

Recuerdo una sola vez que subí en lancha con mi abuelo para acompañar la procesión, el sonido del motor de la lancha, el golpeteo con el agua y la vista de casas viejas a la orilla del lago, eran parte de un recorrido particular. Al llegar a un punto, apenas recuerdo que bajaban o extraían al Niño Dios de una pequeña cueva de piedras.

Flashazos de colores, sabores y aventuras

Al llegar al Lago de Amatitlán lo primero era encontrar un parqueo cerca del lago. Entre mis lejanos recuerdos, la costumbre de mi abuela que ahora tiene 87 años, era siempre visitar la iglesia del lugar. A veces llegábamos justo a la misa. Así que con mi primo impaciente esperábamos a terminar la misa para ira a la feria.

La feria la ubicaban en las cercanías del lago.El olor de la comida, sobre todo del atol de elote, era algo que siempre se debía comprar. Las ventas de dulces típicos era el momento perfecto para que mi abuela se consintiera y comprara mazapán, su dulce favorito.

 Luego de pasear un rato, entre la caminata miraba con tanto deseo el puesto de la feria. Recuerdo que en estas solían poner un puesto de Go Kart. No pedía más, solo subirme a uno de esos carros y ponerme a correr. Las primeras veces solo yo subía pues mi primo era más pequeño, conforme crecimos ya pidíamos competir entre ambos.

Más tarde, al llegar la noche íbamos ya a la feria para cenar algo. “Quiere su atol de elote”, “Pase adelante”, “¿Un sombrero para el nene y la nena?”… y así transcurría mi paso por la feria de Amatitlán.

¿Sabías que el pueblo Pampichí habitó el lago de Amatitlán?

La veneración al Niño Diosde Amatitlán se remonta al siglo XVII, aproximadamente en 1635, cuando el pueblo Pampichí, ubicado a orillas del lago, inició esta tradición en una sencilla iglesia con techo de paja, según el sitio Cucuruchu En Guatemala. Con el tiempo, la devoción creció, y la imagen del Niño Dios se convirtió en un símbolo de fe para los habitantes de la región.

El olor a las mojarras fritas

La procesión acuática del Niño Dios de Amatitlán es más que una celebración religiosa; es una manifestación cultural que fortalece la identidad de la comunidad.

Pero en nuestro caso, como capitalinos también aprovechamos para ir a los antiguos balnearios de “agua nacida”, comer mojarras fritas en algún restaurante o venta a la orilla del lago, y jugar en los juegos mecánicos de la época, gracias al amor de mis abuelos.

Así es como recuerdo el 3 de mayo en la festividad del Niño Dios, “El Zarquito” de Amatitlán, en un recorrido que salía del pueblo hacia las aguas del lago donde se obervaba la pesca y un lago, para mi edad, turbulento.

 

Lugares por explorar

author avatar
SoyMigrante.com REVISTA Editorial
Somos una plataforma que busca reconocer y dignificar a los migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. Producimos contenidos con el fin de contribuir a su desarrollo personal, familiar y comunitario.
Somos una plataforma que busca reconocer y dignificar a los migrantes guatemaltecos en los Estados Unidos. Producimos contenidos con el fin de contribuir a su desarrollo personal, familiar y comunitario.