San Marcos La Laguna, conocido por su tranquilidad y belleza natural, tiene una rica historia que lo conecta con la cosmovisión maya y una cultura vibrante.
Ubicado a orillas del majestuoso Lago de Atitlán, San Marcos La Laguna se ha convertido en un destino fascinante que combina historia, tradiciones y un profundo sentido espiritual. Este pequeño pueblo de Guatemala esconde grandes historias y costumbres que reflejan la esencia de su comunidad.
Entre tradiciones ancestrales, gastronomía auténtica y paisajes únicos, este rincón del Lago de Atitlán es un lugar que vale la pena descubrir.

La importancia de San Marcos La Laguna
San Marcos La Laguna es uno de los pueblos que bordean el Lago de Atitlán, ubicado en el departamento de Sololá, Guatemala. Este lugar no solo destaca por sus imponentes vistas al lago, sino también por su rol como un centro espiritual y cultural que atrae a visitantes de todo el mundo.
San Marcos ha ganado renombre como un espacio para el turismo de bienestar, con una fuerte presencia de retiros de yoga, terapias holísticas y actividades relacionadas con la meditación y la sanación.

Ubicación y acceso
San Marcos La Laguna se encuentra en la ribera norte del Lago de Atitlán, rodeado por los imponentes volcanes San Pedro, Atitlán y Tolimán. Se puede llegar al pueblo tanto por lancha, saliendo desde Panajachel o San Pedro La Laguna, como por carretera, aunque los accesos terrestres son menos comunes debido a las limitaciones en infraestructura.
Kaqchikeles, los primeros en llegar
La historia de San Marcos La Laguna está profundamente ligada a la cultura maya. Los primeros registros indican que fue fundado por grupos kaqchikeles, una de las principales etnias mayas de Guatemala. Según los relatos orales, el pueblo fue un lugar de intercambio comercial y espiritual desde la época precolombina.
Actualmente, San Marcos cuenta con una población de aproximadamente 3,500 habitantes, la mayoría de los cuales pertenecen a la etnia maya kaqchikel y hablan tanto su idioma ancestral como el español.

La gastronomía autóctona
La comida tradicional de San Marcos La Laguna refleja las raíces mayas del pueblo. Uno de los platos más representativos es el «boxbol», una preparación a base de masa de maíz envuelta en hojas de máripa o plátano, que se acompaña con salsa de tomate y hierbas locales.
Además, el pueblo también ofrece otros platillos tradicionales como los tamales y el pepián, preparados con ingredientes frescos y autóctonos.
Principales atractivos turísticos
San Marcos La Laguna es reconocido por su enfoque en el turismo sostenible y espiritual. Entre los principales atractivos se encuentran:
- El Cerro Tzankujil: Este parque natural es ideal para hacer senderismo y nadar en las aguas cristalinas del lago. Además, alberga un altar maya donde se realizan ceremonias tradicionales.
- Retiro de yoga y meditación: El pueblo cuenta con múltiples centros que ofrecen retiros y talleres, lo que lo ha posicionado como un destino clave para el turismo holístico.
- Arte y cultura local: Los visitantes pueden disfrutar de las coloridas artesanías elaboradas por los habitantes locales, así como de las presentaciones de música y danza tradicional.
- Las vistas al Lago de Atitlán: Los paisajes que ofrece San Marcos son inigualables, especialmente al atardecer, cuando los volcanes y el lago se tiñen de colores espectaculares.
Entre mitos y leyendas
San Marcos La Laguna también es rico en historias y relatos que forman parte de su herencia oral. Entre los mitos y leyendas locales, destacan:
- El guardián del lago: Se dice que el lago está protegido por un espíritu ancestral que cuida su equilibrio natural. Los pescadores cuentan historias de cómo han sido salvados por esta entidad en momentos de tormenta o peligro.
- La cueva de los espiritistas: En las cercanías del Cerro Tzankujil existe una cueva que, según la tradición, es un portal hacia otras dimensiones. Los antiguos pobladores realizaban rituales en este lugar, y se cree que aún alberga energías mágicas.
- El tesoro escondido: Una leyenda popular narra que en tiempos de la conquista española, los ancestros escondieron un gran tesoro en los alrededores del pueblo para protegerlo. Aunque muchos han buscado este tesoro, nunca ha sido encontrado.
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