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Éxitos

El migrante Milton Villeda se fue por un sueño y regresa, 14 años después, con otro

"Ya cumplí: saqué adelante a todos mis hermanos", expresa el migrante Milton Villeda, quien cuenta las semanas para volver a su aldea natal en Guatemala, por primera vez en 14 años.

Milton Villeda es originario de Petén y comenzó a trabajar desde los 10 años; trató de seguir estudiando porque le gustaban mucho las matemáticas. La entrevista transcurre en un día de descanso de su labor en un restaurante de California. – SoyMigrante.com – SoyMigrante.com

A los 10 años Milton Villeda anhelaba con seguir estudiando pero tuvo que empezar a trabajar. Nació en la aldea Sacpuy de San Andrées, Petén, el mayor de 5 hermanos. “Lamentablemente mi papá nos abandonó cuando yo tenía 10 años. Ahí yo dejo de ser un niño y paso a ser sostén para mis hermanos. Me encantaban las matemáticas y era muy bueno. Fui abanderado pero empecé a trabajar para ayudar a mi mamá”.

¿Y de qué podía trabajar un niño? “De lo más simple, pero siempre honrado: trabajar con machete, tapizcar maíz, frijol, chapear potreros. La gente me daba trabajo”. A pesar del trabajo, Milton siguió estudiando, pero la situación económica no mejoró.

Saludos, saludos. La importancia del Desarrollo Económico de los Pueblos Indígenas y el análisis del desarrollo económico desde el enfoque migrante. Respetables autoridades ancestrales y del sistema moderno, tengan ustedes muy buenos días. Agradezco la oportunidad de dirigirme a cada una y a cada uno de ustedes hoy. Quiero expresar mi profundo agradecimiento a la ministra de trabajo por esta invitación y por la confianza. ¡Yuj wal tioxh! Obviamente, en 15 minutos se puede decir poco, pero también mucho. Hoy, haré todo lo posible por exponerles la importancia del Desarrollo Económico de los Pueblos Indígenas. Especialmente porque son las comunidades donde existen los mayores índices de pobreza y, por ende, donde hay más separaciones de familias que resultan en una migración forzada en busca de sobrevivencia y bienestar familiar. Algo que, absolutamente, no es sostenible a corto ni largo plazo. Como lo sabemos y como las estadísticas nos demuestran, los departamentos del occidente son los mayores receptores de remesas familiares, donde existe la mayor población de indígenas. Estos son talentos que vamos perdiendo, a veces sin retorno. Pero también son estos talentos los que no queremos perder, queremos que florezcan en sus lugares de origen, sin tener que pasar por la penuria migrante y arriesgar sus vidas, como me tocó a mí y a mi familia. Todos somos migrantes de alguna forma, pero salir de tu país hacia un lugar donde eres un indocumentado, donde no hablas el idioma, donde lo que estudiaste no vale de nada… es un desafío que abarca ya a muchos guatemaltecos. Sin embargo, nuestra resiliencia y nuestra herencia milenaria son las herramientas que debemos atesorar. Desde el punto de vista de un migrante, no queremos estar separados de nuestras familias ni de nuestra gente. Esto lo digo basado en mi experiencia personal. Logré extender oportunidades a otros jóvenes fuera de las fronteras de mi país adoptivo y regreso a Guatemala para poder realizar mi sueño de vivir allá y trabajar aquí, demostrando que ir contra la corriente es posible. Hace dos años, después de haber dirigido mi emprendimiento tecnológico y llevarlo a formar parte de la empresa más grande de publicidad del mundo, tuve la oportunidad de viajar por todo el país, por todos los departamentos y varios municipios. Confirmé lo que siempre supe: que Guatemala está llena de talento, que hay creatividad y que las ganas de sobresalir existen. Somos un país donde emprendemos o emprendemos. Donde cada uno de nosotros tiene que crear oportunidades donde no existen. También me di cuenta de que lo único que necesitamos es acompañamiento y herramientas. Porque las ganas de trabajar, de sobresalir y de crear nuestras propias oportunidades existen, aun ante grandes desafíos y contra la corriente. El 27 de mayo de 2023, lanzamos el sitio SoyMigrante.com desde Momostenango, Totonicapán, en el emprendimiento de un guatemalteco migrante que regresó a su tierra para generar oportunidades. Angel Ambrocio, de Momostipán, sigue adelante impulsando la buena repostería, el servicio de calidad, el café de excelencia y también el arte. Se le toma como producto interno a pesar de que se genera fuera, quizá porque aquí se traduce en consumo, compra de alimentos, inversión en construcción, creación de pequeños negocios, educación escolar o universitaria, cultivos y tantos otros usos en los cuales las familias utilizan lo que les envían mes a mes. El aporte de los migrantes es fundamental para la economía guatemalteca, pero los migrantes son mucho más que dinero y, a pesar de ello, no reciben del estado todos los servicios que necesitan y merecen dado su aporte. Cuando alguno de ellos fallece, tienen que pasar semanas, a veces meses, para poder ser repatriados. El storytelling de soymigrante.com es una fase, pero necesitamos generar oportunidades, propiciar una mayor interacción entre los migrantes guatemaltecos y su tierra. Aquí en Guatemala hay talleres de artesanía textil, de madera, de metal, decorativa. Existen muchos negocios aquí de los cuales los migrantes serán clientes a través de Mercado. Mercado es un Marketplace que integrará la economía guatemalteca con la estadounidense. Será un puente para que la fuerza productiva de este país se conecte con la fuerza productiva de los connacionales en Estados Unidos. Después de ese viaje por todo el país, con mi experiencia en plataformas de grandes empresas, vi la necesidad de exponer esos productos. Hoy, como guatemalteco, como q’anjoba’l, representando a los empresarios en Guatemala y en el exterior, quiero afirmar la importancia del desarrollo económico desde un enfoque migrante. – SoyMigrante.com – SoyMigrante.com
Desde los 10 hasta los 18 años, Milton se dedicó a chapear pasto en campos o a tapiscar milpa: cualquier trabajo era bueno para apoyar a su mamá. Imagen ilustrativa de archivo sobre trabajo agrícola.

Empeñaron la escritura del terreno

La pobreza era agobiante y la falta de oportunidad de trabajo fijo cada vez más desesperante. Corría el año 2009 cuando un migrante mandó a traer a un hermano menor con un coyote. Llegado el momento del viaje  el familiar tuvo miedo y se arrepintió. Ya no viajaría.

 Milton le habló al paisano en Estados Unidos para que se lo llevara a él. Le ofreció pagar el viaje.  “Me dijo, mira, te doy el viaje pero tienen que darme los papeles de la casa como garantía”. Sin alternativa, así lo hicieron. “Fue un viaje de 18 días, 5 de ellos muy duros, en el desierto” cuenta. Al llegar a LosAngeles había otro desierto mucho más grante, lleno de gente: Milton no tenía ni un familiar ni conocido allí. Le habló al coyote si podía ayudarlo y le dijo que no. 

“Un muchacho que venía en el grupo me dijo: viendo tu necesidad, le hablé a mi hermano. Te podemos dar un mes para que duermas en su casa, mientras consigues trabajo. Me ayudaron. Eran guatemaltecos. No sé como se llamaban, pero eran un hermano y una hermana, guatemaltecos. Creo que eran ángeles”.

Milton fue al día siguiente a la “parada”. Asi le dicen al lugar donde migrantes indocumentados se juntan a esperar que alguien los contrate por el día. Hizo construcción, mudanzas, de todo un poco. “Un compañero que conocí allí me avisó: hay trabajo en un restaurante. A mí no me gusta, dijo él, porque uno se la pasa encerrado. Te voy a llevar, probá y si te gusta te quedas”. 

"Pero yo no fui con la mentalidad de probar o de ver si me gustaba...yo fui con la mentalidad de quedarme trabajando, de echarle ganas y salir adelante para ayudar a mi familia y pagar la deuda": Milton Villeda

El dueño era un migrante japonés que tenía un restaurante coreano. Empecé lavando platos. Ocho meses lavé platos y hacía limpieza”, relata Milton. “Después pasé a preparador: cortaba verduras y ayudaba a preparar alguons platillos. 

Pero solo fueron dos meses. De ahí pasé a cocinero… y desde entonces llevo 13 años cocinando. Y desde hace ocho soy también soy gerente de los dos restaurantes, el coreano y el  japonés”

 – SoyMigrante.com – SoyMigrante.com
Milton Villeda entró a trabajar a un restaurante coreano y después pasó a uno japonés, de sushi,. Comenzó de lavaplatos pero llegó a ser cocinero y administrador. Ha sido su único emple fijo durante 14 años.

La necesidad es la mejor maestra

Al preguntarle a Milton cómo aprendió la cocina y la sazón koreana y japonesa, la respuesta es breve y con una sonrisa: “Viendo”.  En el restaurante coreano, lo recuerda bien: “Ahí venden puras sopas. Sopas de res, sopas de pollo, sopas de pescado, sopa de codorniz. Después, en el japonés aprendí a preparar el sushi, el sahimi, el maki y el nigiri. Trabajo con todo tipo de pescado: atún aleta azul, atún aleta amarilla, anguila, salmón, albacor (bacalao), camarón….”

Actitud de calidad y calidad de actitud

Para Milton asumir responsabildiades y retos no es problema, es motivación. Al preguntarle lo que ha sido clave de su éxito dice: 

“Esa es una pregunta bien importante. Lo primordial, uno tiene que amar su trabajo. Amar lo que hace y ser estricto. Bien estricto con uno mismo. Mis compañeros de trabajo, a veces ellos creo que me ven un poco enojón, un poco regañón, pero es que yo me tomo mi trabajo muy en serio. Que todo esté en orden, todo limpio, máxime en cocina. Aquí en EE.UU. hay mucha supervisión y todo debe estar al 100”.

¿Algo del menú?

Llegó un 14 hace 14 años

Milton Villera recuerda aquel día que llegó a Los Angeles, sin conocer a nadie. “Era 14 de febrero, el día del cariño, del amor. Recuerdo que presté un teléfono y me regalaron 2 minutos. Mi mamá no tenía teléfono en Petén, llamé a una tía. para qvisar que estaba acá gracias a Dios”. 

14 años pasaron lento y pasaron volando. Milton planea retornar a Guatemala, a su pueblo para emprender un nuevo sueño: cumplir una palabra de amor: “Cuando yo me vine, dejé a alguien especial en mi pueblo. Hemos seguido hablando durante estos años y ella dijo que me iba a esperar.  Y hasta la fecha me está esperando. Y primeramente Dios con ella me voy a casar. Además yo ya complí mi ciclo, saqué adelante a mis hermanos, ya pueden trabajar y defenderse” afirma.

Si algún compatriota guatemalteco quiere ir al restaurante donde labora  Milton para conocerlo y felicitarlo, está en la ciudad de Perris,. California.

"Señor, solo te pido una oportunidad"

El día que salió de su aldea, Miltón oró. “Recuerdo que le dije a Dios: Señor yo no te pido una casa, solo te pido una oportunidad de llegar a EE.UU para hacer crecer a mis hermanos. Yo miraba el hambre que pasábamos… Y hasta aquí Dios no me ha fallado. Tengo mi casa, tengo mi negocio y tengo proyectos para salir adelante y generar oportunidades”.

Bueno Milton entonces, cuando vengas a Guatemala me invitas a la boda
-Don Gustavo, si usted está dispuesto a ir a la boda, lo invito a la boda. Porque si uno tiene un sueño hay que luchar, trabajar, esporzarse y ese sueño se va a cumplir.

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Periodista, escritor, docente universitario. Nació en Guatemala, 1971. Egresado de la Carrera de Comunicación Universidad Rafael Landívar. Ha trabajado en varios medios de comunicación, entre ellos Prensa Libre, entre 1996 y 2022. Actualmente dirige el…