Según García Escobar, la llegada de esclavos africanos al territorio guatemalteco aportó elementos a la configuración de la marimba, por lo cual la danza de Toritos también marca la introducción de este instrumento a los rituales. Es así como el ritmo y la melodía reiterativa de la marimba sencilla constituye un sonido ancestral que marca el alma guatemalteca, sobre todo para los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos.
En efecto la Danza del Torito simboliza esa fusión de culturas, elementos, tradiciones y también contradicciones, a mediados del siglo 16. La cultura maya se manifiesta en la elaboración de la indumentaria, que hoy se consigue en las famosas Morerías de San Cristóbal, Totonicapán; Chichicastenango, Quiché o Santa María Cauqué, Sacatepéquez, entre otras.