Atento y sentido saludo de reconocimiento, de SoyMigrante.com a todas las madres guatemaltecas en su día, especialmente a las madres que se esfuerzan a diario lejos de su tierra natal pero también a las madres emprendedoras que construyen nuevo futuro en sus comunidades.
En las entrañas verdes de Guatemala, tierra de montaña y quetzal, donde los volcanes murmuran antiguas memorias y los ríos hablan en idiomas mayas, en xinca, garífuna y castellano, nace la fortaleza incomparale de la mujer guatemalteca.
Madres, creadoras, maestras de vida; madres trabajadoras. Madres dentro o fuera de las fronteras, pero con Guatemala tejida en su alma con hilos de maíz, de fuego, de cascada y de luna.
Allá, en los mercados y las plazas están ellas antes que el sol. En los patios están las tejedoras, guardianas del hilo y el leguaje ancestral. Con sus dedos bordan historias, raíces, afectos y objetivos de venta para dar el sustento a sus hijos.
Nuestro saludo a la madre campesina y a la que trabaja en una oficina, a la que responde teléfonos, trabaja en tecnología o elabora piezas de alfarería: el mismo amor une sus esfuerzos.
Y más allá de las fronteras...
Y más allá de las fronteras, donde cambia el idioma y hasta las leyes, pero nunca el corazón, está la madre migrante. Quizá acompañada de sus hijos o tal vez lejos de ellos, su cariño no tiene distancia. Con nostalgia en los ojos y valentía en el alma, ha cruzado desiertos y vencido soles inclementes en busca de un mañana mejor para sus hijos.
Trabaja largas jornadas limpiando casas ajenas, cocinando sueños en restaurantes, o quiza cuidando niños que le recuerdan las sonrisas de los suyos allá en el pueblo, cosechando verduras en grandes campos que no son los del Altiplano guatemalteco a donde un día desea volver.
Son madres guatemaltecas pero no solo eso: son arquitectas de futuros, columna económica de la patria, escritoras de mensajes de ánimo y valores para sus hijos, forjadoras de metas que parecían imposibles pero no lo son.
Con fortaleza tan grande como su amor
Hablar de la madre guatemalteca es hablar del princesa Ixkik’ milenaria, de la fuerza de la Ceiba, de la serenidad de la lluvia en mayo. Es reconocer que la patria tiene rostro de mujer que lucha, que sueña y que no se rinde.
Hoy reconocemos y dignificamos el aporte de cada madre guatemalteca, en cada puntada, en cada remesa, en cada tienda digital abierta con paso firme y decidido: su corazón late en el alma de una Guatemala que avanza, sueña en grande y realiza lo increíble
Honor a todas las madres guatemaltecas
