El volcán Pacaya es de los más conocidos por su cercanía a la zona metropolitana, varios accesos y facilidades para el turismo. Eso sí, sigue siendo un volcán en actividad y eso lo hace fascinante.
El volcán Pacaya, activo y accesible, se encuentra en el límite entre los departamentos de Escuintla y Guatemala, abarcando los municipios de San Vicente Pacaya y Amatitlán.
Su cono principal, Mackenney, se eleva a unos 2,552 metros sobre el nivel del mar, a tan solo 40 km al sur de Ciudad de Guatemala. Recibió ese nombre debido al explorador Alfredo Mackenney, quien lo escaló cientos de veces.
Pero no fue el primero. Desde la época colonial existen descripciones: como la de Antonio Fuentes y Guzmán, en su crónica Recordación Florida, de 1690: “A la distancia de tres leguas del pueblo de Amatitlán está y se admira el volcán de fuego que llaman de Pacaya temidísimo y asombroso a toda esta comarca del valle de Goathemala, y más patente que a otro alguno a este de Petapa; se habrá de describir en este país lo particular y estupendo de este temeroso y admirable monte, que como una de las raras y prodigiosas maravillas de este Nuevo Mundo”.
7 datos curiosos sobre el Pacaya


¿Por qué es considerado el volcán activo más "amigable”?
A diferencia de otros colosos más peligrosos, Pacaya permite que visitantes suban hasta sitios cercanos al cráter, con rutas guiadas y zonas seguras. Las comunidades locales participan activamente como guías, ofrecen caballos, artesanías y se mantienen atentos a cambios de actividad: “conocemos el volcán, somos sus amigos y estamos pendientes de su evolución”.
Sin embargo, el Volcán de Pacaya ha tenido períodos de actividad con expulsión de ceniza y lava. El más reciente ciclo eruptivo fue a inicios de 2025. Estuvo casi cinco meses expulsando lava, la cual fluyó hacia el lado sur del cono. Dicha lava petrificada se puede ver en algunas fincas abiertas a las visitas que se detallan más adelante.
Pizza… ¡en la lava!
Pacaya es el único volcán donde puedes probar una experiencia culinaria inimaginable: pizzas cocinadas directamente sobre ríos de lava. El emprendedor Mario David García comenzó a cocinar masa y queso sobre rocas volcánicas en 2013, perfeccionando su técnica y hoy opera la pizzería “Pizza Pacaya”. Usa la lava (más de 1 000 °C) como horno natural, empleando charolas y equipo de protección.
Aunque se han presentado interrupciones —tales como síntomas por emisiones de azufre— su negocio ha florecido, convirtiéndose en uno de los atractivos turísticos más singulares del país ().
Fincas con lava y anécdotas locales
En comunidades como El Patrocinio y Campo Alegre, algunos vecinos aprovechan las fisuras provocadas por la erupción para cocinar alimentos tradicionales, como longanizas o tortillas, colocándolas directamente sobre las rendijas del flujo. También, pequeñas fincas se han visto parcialmente cubiertas por la lava, poniendo en riesgo cultivos de café y aguacate.
También están abiertas al público la Finca El Amate y Los Pocitos, así como el parque Fuentes del Pacaya.

Procesión en medio del fuego
Durante la erupción de abril del 2021 —con lava proyectada hasta los 40 m— los pobladores de San Vicente Pacaya realizaron una procesión religiosa para pedir el cese de la actividad eruptiva. Caminando entre ríos de lava y caídas de piedras incandescentes, elevaron plegarias ante la imagen del santo patrón, en una muestra de fe y valor frente al caos volcánico.
El volcán Pacaya mezcla fuerza, belleza y cercanía de una forma única: su facilidad de ascenso, interacción comunitaria, espectáculos naturales y hasta pizzas sobre lava lo convierten en un símbolo de la relación armónica entre un coloso y la gente de Guatemala. Quien lo visita no solo vive una aventura, sino también una lección de humildad, fe y respeto por la naturaleza en estado puro.
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