Agregada comercial de Guatemala en Miami por 22 años, Dunia Miranda-Mauri se reinventó como embajadora del sabor guatemalteco a través de generar contenido sobre recetas de bebidas y comidas chapinas e hispanas.
Rodeada de luces y una cámara encendida, Dunia Miranda-Mauri prepara en su cocina una bebida que mezcla sabores tropicales con un toque guatemalteco para su canal de videos @TheQueenBeeFoodie. Fue agregada comercial en el consulado de Guatemala en Miami por 22 años y también vicecónsul, hasta completar 28 años de servicio.
“Fue una experiencia maravillosa porque en esa posición pude representar a mi país como diplomática y abrir las puertas a productos guatemaltecos, impulsar el turismo y presentar a Guatemala como destino de inversión”.
Pero la primera llegada de Dunia a Estados Unidos fue como estudiante becada. Estudió comunicación en la Universidad de Arkansas, regresó a trabajar a Guatemala y posteriormente surgió la oportunidad de ser representante comercial del país en Miami. “Soy de las personas que no se quedan quietas”, dice con una risa contagiosa. “Me gusta aprender, reinventarme y hacer cosas distintas.”
Y esta es la conversación.
Dunia, ¿cómo te transformó todo ese tiempo de trabajo en el Consulado de Guatemala?
Fue una experiencia maravillosa. Aprendí muchísimo, sobre todo a servir y representar con orgullo a mi país. Era un trabajo que exigía compromiso y empatía. Me sentía muy cerca de la comunidad guatemalteca, escuchando sus historias y ayudando en lo que podía. Esa etapa me enseñó el valor de servir.
¿Cuáles fueron los mayores logros comerciales?
Durante 22 años tuve la oportunidad de abrir puertas para productos y marcas de Guatemala que se colocaron aquí en Estados Unidos, no solo para los guatemaltecos que los buscan por nostalgia, sino también para el público estadounidense que quiere calidad y un sabor distino. Pero también se abrió paso a productos textiles y a servicios.
Apoyé al sector privado interesado en comercializar y también a empresarios estadounidenses que querían invertir en Guatemala, además de promover el turismo.
Fue una labor muy compleja, porque en ese entonces las oficinas comerciales contaban con un solo agregado comercial y el trabajo era enorme. Se abrió mercado para productos agrícolas, textiles, de alimentos y servicios.
¿Qué te enseñó ese trabajo?
Aprendí a vencer retos, a convivir con diferentes culturas y a entender el dinamismo de nuestro país en el extranjero. Toda esa experiencia me dio una visión más amplia y un carácter más emprendedor. Y sigo con el mismo deseo de seguir sirviendo a Guatemala, aunque ahora desde otro lugar y de otra manera.
¿Cómo describirías al guatemalteco que vive en Estados Unidos, desde tu experiencia?
El guatemalteco tiene una mística de servicio, de honradez y de trabajo duro. Es alguien que cuida de su familia y que busca un mejor futuro para los suyos. Los guatemaltecos somos gente luchadora, responsable, comprometida. Recuerdo que cuando trabajaba en la oficina comercial, muchas empresas me pedían ayuda para contactar guatemaltecos, porque sabían que somos trabajadores honestos y confiables. Esa es una gran fortaleza.
¿Y en qué aspectos ves desafíos pendientes?
Adaptarse no siempre es fácil. Todos llegamos con grandes expectativas y nos enfrentamos a una realidad distinta. Es importante aprender el idioma, porque abre puertas. Es clave entender las normas del país donde uno vive y respetarlas.
Aquí las leyes son muy estrictas, y hay que comportarse con respeto y responsabilidad. Sin embargo el guatemalteco es trabajador, honesto y solidario. Esa reputación lo ha convertido en alguien muy valorado en Estados Unidos.
¿Cómo te convertiste en generadora de contenido como Queen Bee Foodie?
Un día sentí que necesitaba un cambio. Ya había trabajado muchos años en el ámbito institucional y quise explorar algo que me conectara más con mi lado creativo. Surgió la oportunidad de colaborar con una casa de licores. Empecé a crear contenido, a grabar videos, a desarrollar recetas de bebidas. Descubrí que detrás de cada coctel puede haber una historia, un recuerdo, una emoción. Todo lo que hago tiene sabor a Guatemala.
Preparo cócteles y platillos con ingredientes guatemaltecos, mezclando sabores que cuentan historias. El sabor es cultura. Antes representaba a Guatemala desde una oficina, ahora lo hago desde mi cocina frente a una cámara. Pero el propósito sigue siendo el mismo: mostrar quiénes somos, nuestra alegría y creatividad.
¿Qué aconsejarías a quien desea cambiar de rumbo profesional?
Que los cambios no son retrocesos. Todo lo que uno hace deja huella. Yo no dejé atrás mi trayectoria, la transformé. Hoy me siento libre y feliz. Mi vida, como mis cócteles, es una mezcla de experiencias con mucho sabor a Guatemala.
Productos guatemaltecos auténticos pueden llegar hasta la puerta de tu casa u oficina
