Sebastián Elías es estudiante destacado el último año de High School en la escuela Northbrook, de Houston, Texas, plantel de tipo STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y por su talento recibió una de las becas anuales otorgadas por la petrolera Citgo.
Algo sorprendió a Romeo Antonio Elías Garrido residente en Guatemala el domingo 2 de marzo durante la transmisión de los premios Oscar. Su hijo es Sebastián Elías, estudiante guatemalteco radicado en Houston, Texas se ha destacado por su talento en la High School Northbrook, un plantel especializado en la enseñanza de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. De hecho, Sebastián fue premiado en 2024 dentro del certamen anual de becas impulsado por la petrolera Citgo.
Romeo ya sabía eso. Pero lo que le sorprendió fue que durante uno de los espacios publicitarios, Citgo presentó un video acerca de su hijo Sebastián como uno de los talentos reconocidos y toda una promesa en el campo de la ciencia. Fue un momento de gran emoción y orgullo. “Es un guatemalteco que desde joven está brillando en Estados Unidos”, exclama.
“Me sentí muy contento. Me dio bastante fuerza para seguir luchando por mis sueños y la esperanza de aplicar a más becas para pagar mis estudios”, expresa Sebastián Elías.

"Te tienes que ir a estudiar la ciencia a Estados Unidos".
“Es un gran estudiante, con una gran inteligencia. Se fue hace 3 años y 3 meses a estudiar. Creció aquí conmigo pero se trasladó a Houston, Texas, con su mamá. La razón fue simple: cuando él me dijo que su gran sueño era trabajar en ciencia, yo le dije: te tienes que ir a Estados Unidos. No fue una decisión fácil, pero hoy veo que ha sido la correcta”, expresa Romeo, economista de profesión y quien labora en el Intecap.
“Me siento muy contento, mis maestros siempre están pendientes de mí, quiero ser ingeniero eléctrico y este premio lo usaré muy bien para empezar los estudios”, expresa Sebastián en el video de Citgo. “Mi sueño es poder servir a través de la ciencia”, agrega el joven guatemalteco de 17 años.
“Lo recuerdo bien. Un día en el Mirador de Mixco hablamos sobre su vocación por la ciencia. Quiere ser Ingeniero Eléctrico. Entonces le dije. Si lo tuyo es la ciencia debes desarrollarte y estudiar en Estados Unidos. Lamentablemente aunque uno quiera y ame mucho a Guatemala, hay que reconocer que existe muy poco campo para desarrollar estos talentos”, cuenta Romeo.
“Mi papá me introdujo a la ciencia desde pequeño. Él siempre me mostraba documentales de la NASA y de astrofísica que me encantaban”, dice Sebastián.
“Actualmente, Sebastián está definiendo en qué universidad va a estudiar. Dentro de Texas, debido a su rendimiento escolar, puede aplicar a cualquier universidad y ya está aceptado, por sus calificaciones. Pero él está en búsqueda de poder entrar a otras universidades fuera del Estado, en donde hay buenas carreras de Ingeniería Eléctrica”, agrega.

Un talento natural cultivado con lectura y curiosidad
“Desde niño, Romeo le cultivó a Sebastián el hábito de la lectura, también fomentó la curiosidad y el espíritu de exploración. “Me aconsejaron que desde niño le leyera antes de dormirse: cuentos, historias, novelas de Julio Verne, El Principito… de todo le leía en las noches. También vidas de científicos y descubridores. Además lo llevaba al Museo del Niño, al de Arqueología, lo llevé a sitios arqueológicos como Mixco Viejo (Chw’a Nimá Abaj), Iximché”.
“Aprendió a jugar ajedrez desde los 6 años y la gente se sorprendía al ver su habilidad. En el colegio estuvo en el Cuadro de Honor, pero también a veces me mandaban a llamar porque se ponía a platicar o a molestar. El problema es que entendía lo explicado por el profesor a la primera…. y entonces se distraía, se aburría. Pero en fin fue pasando sus grados”, agrega.
“El día que se fue para Estados Unidos fue triste y alegre. Me dolió el alma ya no verlo a diario, pero sé que va en el camino correcto y hay que hacer sacrificios. Gracias a Dios la tecnología permite una comunicación fluida, pero no solo personal pues ahora el talento de Sebastián ya lo conoce más gente”.
“Ya en Houston, Sebastián estuvo en el club de Ajedrez, pero lo cerraron. Entonces organizó el club de ciencias. ha hecho voluntariado, compartiendo conocimientos y animando a otros estudiantes. Pienso que entre sus buenas calificaciones y este don de servicio, fue por eso que lo seleccionaron”, cuenta Romeo, originario de Chiantla, Huehuetenango.
La programación es el gran reto pero aprende en el camino
“El día que se fue para Estados Unidos fue triste y alegre. Me dolió el alma ya no verlo a diario, pero sé que va en el camino correcto y hay que hacer sacrificios. Gracias a Dios la tecnología permite una comunicación fluida, pero no solo personal pues ahora el talento de Sebastián ya lo conoce más gente”.
“Ya en Houston, Sebastián estuvo en el club de Ajedrez, pero lo cerraron. Entonces organizó el club de ciencias. ha hecho voluntariado, compartiendo conocimientos y animando a otros estudiantes. Pienso que entre sus buenas calificaciones y este don de servicio, fue por eso que lo seleccionaron”, cuenta Romeo, originario de Chiantla, Huehuetenango.
En el video se puede ver algunos de los trabajos elaborados por Sebastián: un pequeño perro robótico. “Lo más complicado es la programación, pero voy aprendiendo con la experiencia”, expone el joven guatemalteco.
“El consejo que les daría a los jóvenes interesados en la ciencia sería que leyeran bastante e intentaran aprender cosas nuevas todo el tiempo. También diría que tomar riesgos y trabajar duro son necesarios para ser exitoso”, dice Sebastián.

Talento joven guatemalteco migrante
