Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en el mundo, pero muchas pueden evitarse con hábitos saludables.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 17 millones de personas mueren cada año por enfermedades cardiovasculares, muchas de ellas por causas prevenibles. En Guatemala, los males cardíacos también figuran entre los principales motivos de hospitalización y muerte, afectando tanto a hombres como a mujeres, jóvenes y adultos mayores.
La buena noticia es que se pueden prevenir. Adoptar un estilo de vida saludable es clave para reducir el riesgo de infartos, hipertensión, arritmias y otras afecciones del corazón.
1. Alimentación sana: el primer paso vital
Una dieta equilibrada, rica en frutas, vegetales, granos enteros, pescado y grasas saludables, como las del aguacate o el aceite de oliva, puede reducir considerablemente los riesgos. Es importante evitar alimentos procesados, altos en sal, grasas saturadas y azúcares.
La nutricionista clínica, Carla de León explica que “una buena alimentación no solo controla el colesterol, sino también los niveles de azúcar en sangre, que están estrechamente ligados a la salud del corazón”.
2. Actividad física regular
El ejercicio mejora la circulación, fortalece el músculo cardíaco y ayuda a mantener un peso saludable. Bastan 30 minutos de actividad moderada cinco veces por semana para marcar una diferencia.
Caminar, nadar, bailar o montar bicicleta son opciones efectivas. Además, mantenerse activo reduce el estrés, otro factor que impacta directamente en la salud del corazón.
3. Controlar el estrés y dormir bien
El estrés crónico libera hormonas que afectan el ritmo cardíaco y la presión arterial. Por eso, es importante aprender técnicas de relajación como la meditación, respiración profunda o simplemente tomarse pausas en el día.
Dormir entre 7 y 8 horas diarias también es esencial. Estudios médicos muestran que quienes duermen menos de seis horas al día tienen mayor riesgo de padecer problemas cardíacos.

4. Revisiones médicas periódicas
Muchas personas no saben que padecen hipertensión, colesterol alto o diabetes hasta que ocurre un evento cardíaco. Realizarse chequeos médicos regulares permite detectar factores de riesgo a tiempo.
La doctora Laura Méndez, cardióloga, recomienda que “a partir de los 30 años se hagan controles anuales, especialmente si hay antecedentes familiares de enfermedades del corazón”.
5. Evitar el tabaquismo y el exceso de alcohol
Fumar daña las arterias, eleva la presión arterial y reduce el oxígeno en la sangre, lo cual obliga al corazón a trabajar más. El alcohol en exceso también puede afectar el ritmo cardíaco y aumentar el riesgo de infartos.

Un corazón sano, una vida más plena
Cuidar del corazón no es complicado, pero sí requiere constancia. Adoptar hábitos saludables, prestar atención a las señales del cuerpo y consultar al médico ante cualquier síntoma inusual son decisiones que pueden salvar vidas.
La prevención es el mejor tratamiento. Empezar hoy es una forma de asegurar un mañana más sano y lleno de energía.
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