En algunos momentos hay aspectos que se consideran desagradables, cansados o tediosos en el trabajo, pero con un poco de ayuda, pueden cambiar.
No todo en el trabajo es inspiración, motivación o logros personales. También hay momentos de tedio, tareas repetitivas, responsabilidades incómodas y días que parecen eternos.
La psicología del trabajo analiza cómo estos aspectos influyen en el bienestar emocional de los trabajadores y qué estrategias pueden ayudarnos a sobrellevarlos sin perder el ánimo ni la productividad, a criterio de Ana Escobedo, psicóloga industrial, hay maneras para salir de ese círculo vicioso en el trabajo.
Cuando lo que más pesa no es el cansancio físico, sino el mental
María es recepcionista en una clínica privada. Su jornada inicia a las 7:00 y, aunque el ritmo varía según el día, lo que más le agota no es el número de pacientes que atiende, sino el tener que repetir, una y otra vez, las mismas indicaciones a personas que no siempre están dispuestas a escuchar.
“Llevo casi cinco años dando las mismas instrucciones, respondiendo las mismas preguntas, lidiando con la impaciencia o la impuntualidad. No es que no me guste mi trabajo, pero hay días que siento que me drena”, cuenta.
Este tipo de monotonía o cansancio emocional es uno de los factores más comunes que afectan la satisfacción laboral.

Tareas necesarias… pero poco gratificantes
¿Cómo asumir estos aspectos sin que afecten la salud mental?

Aceptar que no todo será perfecto
Los psicólogos laborales coinciden en que aceptar que todo trabajo tiene su lado incómodo es parte de la madurez profesional. “No es resignarse, sino aprender a convivir con esos momentos sin que te definan como empleado ni como persona”, señala Claudia Marroquín, especialista en salud ocupacional.
Al final, reconocer los aspectos desagradables del trabajo no es queja, es una forma de humanizar la experiencia laboral. Y, con las herramientas correctas, es posible atravesar esos momentos con más serenidad y menos desgaste.
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