Alex y Sonia nacieron de dos pueblos guatemaltecos a 25 kilómetros de distancia, pero se conocieron en Missouri, Estados Unidos. Juntos impulsan el talento de sus 4 hijos en el futbol: Jared, Hamilton, Urías y José. Esta ese su historia.
Alex Milton Solís, originario de Chiquirines, La Blanca, San Marcos, vive con su esposa Sonia y sus hijos, en Carthage, Missouri. Trabaja en un aserradero: una labor fuerte y demandante, pero que realiza con total convicción para sacar adelante a su familia. Alex también fue futbolista cuando vivía en Guatemala. “Jugué con equipos locales y mi sueño era llegar a ser profesional”.
Cuando Alex tenía 3 años, su papá migró de Guatemala a Estados Unidos “Crecí sin conocerlo. El siempre nos mandaba cosas y dinero. Pero uno necesita a su papá”. Por eso hoy se esfuerza por apoyar el talento de Jared, de 16 y Hamilton de 14 años. Ambos estudian y también tienen madera de futbolistas. Entrenan en Rush Academy, que en 2024 llevó a Jared a España, para un campamento en el cual juegan contra equpos Sub 16 de Valencia, Madrid, Barcelona. El objetivo es que algún “scout” de talentos se fije en él. En este 2025, llegó el turno de Hamilton, quien este abril aún está en Madrid.
Toda esta emoción, esperanza, sueño alienta a Alex Milton Solís Gutiérrez, quien se levanta a diario a las 4 de la mañana para ir a trabajar a un aserradero. Por las noches se lleva a sus hijos al entrenamiento. “Mi esposa Sonia, recibió una promesa de Dios en un sueño, y tenemos fé que nuestros hijos llegarán alto”, cuenta. Los más pequeños, Urías y José también ya están becados en la academia Rush.
Esta familia es una cantera de talento y esta es su historia.

Cuando Alex llegó a Estados Unidos
“Yo no conocía en persona a mi papá. Migró a Estados Unidos cuando yo tenía 3 años. Me mandaba de todo siempre y me apoyaba. Pero me hacía falta y quería conocerlo. Al cumplir 18 me mandó a traer. Me pagó el viaje. En Brownsvill lo reconocí porque mamá me dijo que era igual a mí. Allí estaba. Se llama Fernando Solís”.
“Le dije que quería trabajar. Me consiguió empleo en una fábrica de alfombras orientales. Yo cargaba y descargaba “troques” (camiones). Después fui a trabajar a Las Vegas, gané muy bien. A los 3 meses le dije: aquí está el dinero que gastó para traerme. No me lo quiso recibir. Me dijo que era mío. Entonces lo usé para traerme a mi mamá Enma Gutiérrez Alburez, que me hacía muchísima falta”, cuenta Alex Solís.
¿Cómo conoció a su esposa Sonia?
En busca de trabajo y oportunidades Alex se trasladó al Estado de Missouri aproximadamente en 2006. “Comencé a trabajar en una compañía de muebles. Allí trabajaba Sonia. Me enamoré de ella. Fuimos novios un año. Pero para que eso fuera posible tuve que empezar a ir a la iglesia. Yo antes no iba, pero fue la condición para aceptarme. Al año nos casamos y a los dos años nació Jared”.
(Alex y Sonia tienen 5 hijos: Hamilton, José, Urías y la princesa de la casa Adaza)
“Agarré trabajo en un aserradero. Np sabía nada de esa labor pero aprendí sobre la marcha fui ganando experiencia y hoy en día soy piloto de montacargas”, cuenta el chiquirineco. En junio 2024 las redes sociales locales vibraron al difundir que su hijo Jared había sido seleccionado para un campamento de futbol en España. Y ahora fue el turno de Hamilton.
¿Cómo nació la pasión futbolera en la familia?
“Tengo tíos futboleros de parte de mamá y papá. Uno jugó con Coatepeque, otro con Juventud Retalteca. Otro coon Xelajú. Yo jugué con la selección de Ocós cuando tenía 12 años”.
“Y aquí en Estados Unidos, ,al salir del trabajo me iba a jugar futbol. Es algo que une a la gente y a los guatemaltecos. Puede que no se conozca, que venga de departamentos lejanos, que nunca nos hayamos vistos… pero si juega futbol y es de Guatemala, ya es amigo y hermano”.
Cuando Jared nació, hace 16 años, Alex no le compró carritos. Apenas empezaba a caminar cuando le regaló un marco de portería y pelotitas. “Jugábamos en la sala de la casa. Y así fue también con Hamilton”, relata emocionado.
Sonia comparte un sueño, literalmente
Sonia Lucas es originaria de la aldea Pacayá, Coatepeque,Quetzaltenango. Por carretera está a media hora de Chiquirines, La Blanca, San Marcos, la aldea donde nació Alex. “No nos conocíamos hasta que nos encontramos aquí en Missouri”, cuenta ella.
Continúa: “Hace años tuve un sueño. Miro tres jovenes, en un estadio grandísimo. Recibí una palabra espiritual de que tres jóvenes iban a jugar profesionalmente aquí en EStados Unidos. Y yo lo ví como una promesa de Dios y yo le creo a Dos. Siento que dos de esos jóvenes son mi Jared y mi Hamilton”, exclama.
“Somos una familia bendecida, Dios nos ha dado tanto y nosotros lo honramos a él. Sé que su palabra es fiel y cumplirá siempre. Nosotros por eso debemos confiar”, dice.
Y en efecto, en 2023, ocurrió algo sorprendente, que alienta su fe.
Alex lo cuenta: “Dios está en todo y a él se lo debemos. Esa promesa que mi esposa recibió se va cumpliendo. Jared estaba jugando con un equipo llamado Midwest United. Gente de la Academia Rush lo miró jugar. Les gustó su habilidad. Esa es una academia carísima”.
“Me hablaron me dijeron que lo metiera a la Academia. Allí tendría más oportunidades, más proyección y exposición. ¿Cuánto me costará eso? Nada. Creemos en su talento, me dijeron. Y allí está Jared. Después entró Hamilton. Y ahora ya están en los semilleros Urías y José”, relata emocionado Alex.

El secreto está en el amor a Dios y la familia
Alex no tiene ninguna duda de que sus hijos llegarán alto y lejos. Por eso siempre les aconseja: “Nunca se olviden de que todo lo que logran se le debe a Dios y solo a él. Es un Dios que está lleno de oportunidades para quienes le siguen”, declara.
“Jared es músico, trompetista, del grupo de alabanza de la iglesia. Si Ustedes honran a Dios, él siempre los va a honrar a ustedes”.
“Más jóvenes destacarían en futbol si sus padres los apoyaran. Mi faena es pesada, es cansada, pero yo los llevo a su entreno. Pienso que hay papás que prefieren descansar dos o cuatro horas viendo televisión en lugar de buscar cómo apoyar a sus hijos”, dice mientras Sonia asiente con la cabeza.
Alex Solís finaliza diciendo: “Yo no admiro a Messi ni a Cristiano Ronaldo. Yo no los conozco. Yo admiro a mis hijos, porque sé quienes son y sé lo que serán. Y por eso siempre les insisto, una y otra vez: Nunca se olviden de dónde vienen”.
*Esta nota fue publicada originalmente el 27 de junio de 2024 y fue actualizada para presentar los avances del sueño de la familia Solís.