Largos procesos, estatus migratorio irregular y la necesidad de ganar dinero para sobrevivir dificultan a muchos migrantes recuperar sueldos no pagados, pero cada vez existe más atención a este problema.
Bernal es uno de muchos migrantes y trabajadores agrícolas a quien su empleador no le pagó el salario convenido, cuentala antropóloga Rebecca Galemba, quien efectuó un estudio acerca de los sueldos no pagados a migrantes.
«Fue reclutado en una esquina de contratación en Denver, Colorado, y fue conducido a una construcción a más de 110 kilómetros de distancia. Bernal trabajó desde las nueve de la mañana hasta muy tarde. Cuando terminó el trabajo, el empleador no le pagó», relata la experta.
Pero no sólo eso. Lo dejó en un parqueadero lejos de su casa y le dijo: “Mañana vengo y te pago, no traje dinero”. Cuando Bernal exigió su pago, el empleador le dio un cheque. Pero cuando Bernal fue a cambiar el cheque, este no tenía fondos.
Esta práctica es lamentablemente común, afirma Galemba quien se basa en las entrevistas con 170 jornaleros agrícolas y una encuesta a 400 trabajadores.
Mala intención, evasivas y amenazas
«Los empleadores suelen decir que el robo salarial es accidental, pero la experiencia de los jornaleros muestra que es una práctica premeditada e intencional para beneficiarse a costa de los trabajadores.Los resultados de mi investigación muestran que el 62 % de los jornaleros han experimentado el robo salarial y el 19% de casos ocurrió en los seis meses anteriores a la encuesta», expone la experta en una charla de TedX, en inglés.
Cuando los trabajadores tratan de reclamar su pago, ya no les responden el teléfono, cambian de número e incluso los amenazan con denunciarlos a autoridades migratorias, pues muchos de estos empleados tienen un estatus irregular.
«Esto es algo ilegal», dice Galemba, quien reconoce que no existe mayor protección y los trabajadores prefieren perder el salario por temor a ser capturados y deportados.
in embargo, aclara: «Las leyes salariales y laborales de EE.UU. demandan que el trabajo sea pagado, sin importar el estatus migratorio». Lamentablemente hay poco conocimiento jurídico y muchos migrantes no saben ni siquiera en dónde denunciar su caso. Además, un proceso de este tipo puede durar semanas, meses e incluso años, por lo que prefieren olvidarlo y salir a buscar otro trabajo. Ello constituye un incentivo perverso para que esta práctica continúe.
«Cuando trabajas, esperas que te paguen por ello. No esperas una paga menor a la prometida, o nada en lo absoluto. Eso es lo que está ocurriendo con millones de trabajadores de diversas industrias en EE.UU. Es un problema en áreas como la agrícola, de construcción, alimenticia, la industria textil, plantas avícolas, asilos, para los jornaleros y trabajadores independientes. Esto es el robo salarial», afirma la investigadora en su conferencia.
¿Qué se puede hacer?
Entre los mismos trabajadores se identifica a estos malos empleadores y a vees se gritan ¡Este no paga! y esa advertencia puede ayudar a otros a ser víctima. Se recomienda a los trabajadores independientes acordar desde el inicio que el pago será en efectivo y no en cheques, así como insister en recibir el pago al final de la jornada.
También se puede buscar ayuda con instituciones que trabajan con migrantes, pero deben tenerse evidencias o constancias de que se trabajó en determinado período.
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