Hace ocho meses sumar un camión de helados Xelajú a la venta en carretillas era una meta pendiente. Hoy es realidad. Los quetzaltecos Elías y Marleni siguen trazando metas y pensando en grande en Virginia, USA.
Las tonadas de un camión de helados suenan en parques y plazas de Virginia, Maryland y Washington, D.C., pero no es cualquier camión, sino de los helados artesanales Xelajú, que la migrante guatemalteca Marleni Pérez comenzó a fabricar poco más de tres años en Virginia, utilizando la receta familiar de su padre y de su abuelo, heladeros de Cabricán, Quetzaltenango.
Al principio improvisó las herramientas, pero ante el éxito de las primeras ventas, usó sus ahorros para mandar a traer todos los utensilios a Guatemala. Empezaron a venderlos en fiestas infantiles de amigos y luego elaboraron una carretilla de madera, como las que se ven en plazas guatemaltecas. Su esposo Elías, quien trabaja en construcción, fue el primer vendedor de helados, los fines de semana.
Hoy ya son cuatro carretillas, pero faltaba algo para llegar más lejos y cubrir más áreas: un camión heladero. Consiguieron el vehículo y empezaron a acondicionarlo, pero hasta noviembre de 2023, seguía siendo un proyecto. Pero ya no lo es.
Las claves del éxito
“Nosotros no vendemos helados, vendemos recuerdos, memorias, regreso a los tiempos de niñez y juventud de tantos migrantes guatemaltecos que vienen a probar nuestros helados, que traen a sus hijos para que conozcan el sabor que ellos disfrutaron en Guatemala“, dice Elías Rojas.
“Yo me siento muy feliz y orgullosa al saber que algo que forma parte de mis raíces,, de mi familia, algo aprendido de mi padre, hoy sea un producto que está ganando lugar y que muchas personas están disfrutando”, dice Marleni,, quien se sigue encargando del control de calidad y de la justa proporción de los ingredientes, siguiendo la receta de su padre.
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“El proceso de obtener todos los permisos y certificados para poder vender alimentos ha sido duro, desafiante, pero muy enriquecedor”, explica Elías, ya que abarca no solo la limpieza del vehículo, sino la higiene en la preparación y de quien despacha los helados. “Acá en EE.UU. todo eso es muy exigente”.
“También hemos aprendido mucho en cursos de motivación, superación y ventas. Hemos leído libros, asistido a conferencias y conocido formas de pensar que nos hace preguntarnos: ¿por qué yo no había sabido esto antes? Son claves valiosas para la vida y la mejora personal que no le deberían faltar a nadie”, agrega Marleni.
Pero en todo caso, el elemento más valioso es su unión como esposos y familia. La confianza y la colaboración de ambos es fundamental, lo que le da sentido a su esfuerzo por salir adelante.
¿Un sabor o dos? Elías Rojas evoca reacciones y recuerdos motivados por Helados Xelajú
Pensar positivo es la clave
Marleni y Elías no se conforman con aprender claves de superación y motivación. También las comparten. En su camión de helados tienen afiches con frases inspiradoras, para que el comprador, además del helado se lleve ideas frescas que tal vez le motiven a cumplir un gran sueño. “Nuestras metas siguen adelante como guatemaltecos”, agrega Marleni.
Entre sus lecturas se encuentran clásicos del liderazgo y el pensamiento positivo como Napoleón Hill, John C. Maxwell y también Peter Drucker. “Hay que ser positivos y si podemos compartir buenas ideas con un helado, mucho mejor”, dicen con visión de futuro y crecimiento.
Uno de sus carteles dice lo siguiente:
Calidad y originalidad
El orgullo de ser guatemaltecos y quetzaltecos es permanente para Elías y Marleni, quienes enseñan a sus hijos el valor de las raíces culturales y de identidad. Pero esto no es ninguna barrera para crecer.
“Nuestros sueños siguen, esperamos no tener solo uno sino varios camiones de helados. La aceptación de quienes se acercan va más allá de los guatemaltecos. Nos visitan muchos hermanos salvadoreños. Ellos le dicen “sorbete” a los helados, y les encantan los Helados Xelajú, porque también los transporta a su infancia”, cuenta Elias.
Cada semana a través de su Facebook, Helados Artesanales Xelajú anuncia los puntos donde se instalará el carrito de sus helados, que convierten parqueos y esquinas en “el lado más feliz y memorable para muchos migrantes”.
