Un joven guatemalteco llamado Roberto intentó migrar al norte para ayudar a su familia, pero fue detenido y retornado. Con apoyo, pudo hallar apoyo de Camino a Casa para salir adelante.
Roberto creció en el occidente guatemalteco y su historia puede reflejarla de muchos jóvenes. Creció con sus padres y dos hermanas menores en una modesta casa. El trabajo de su padre como herrero apenas cubría las necesidades. La situación se volvió insostenible cuando su hermana menor enfermó gravemente, sumiendo a la familia en deudas médicas.
Decidido a salvar a su familia, Roberto se graduó de Perito Contador y buscó empleo con ahínco. Sus solicitudes de trabajo no obtuvieron respuesta. Sin alternativas, tomó la dolorosa decisión de emigrar al norte. El viaje, sin embargo, se vio truncado: fue detenido en México y al igual que muchos compatriotas, fue retornado a Guatemala con las manos vacías.
Ese retorno se convirtió en una dura prueba, pero en su vuelta al hogar se le presentó una nueva y crucial oportunidad: se conectó con el programa Camino a Casa de Global Refuge. Este programa, diseñado para apoyar a jóvenes retornados, actuó con rapidez para tratar de apoyar las necesidades inmediatas de la familia.
- Estabilización: Les brindaron apoyo nutricional y atención médica urgente para la hermana enferma.
- Seguridad Alimentaria: Les proporcionaron 12 pollos para iniciar una crianza, creando una fuente sostenible de nutrición e ingresos.
- Enfoque laboral: Una vez que la familia estuvo fuera de la crisis y la hermana recibió la atención médica necesaria, Roberto pudo concentrarse en su propio futuro.
Asesoría para ruta de reinserción productiva
Personal de Global Refuge trabajó con Roberto para pulir sus habilidades profesionales, preparar su currículum y generar la confianza que necesitaba para enfrentar a los empleadores. Este esfuerzo no fue caridad, sino una conexión estratégica que unió su talento con una necesidad empresarial.
Pronto fue conectado con con una empresa constructora guatemalteca asociada con la misión de Global Refuge. Allí, su formación brilló: Roberto consiguió un puesto administrativo a tiempo completo gestionando nóminas, facturas y materiales, adquiriendo una valiosa experiencia que enriqueció su perfil.
Existen empresas guatemaltecas que deciden invertir en los jóvenes repatriados a través de instituciones como Global Refugee como referencia. Ello crea oportunidades de empleo significativo, a la vez que fortalece la fuerza laboral y la economía locales. Unidos nada es imposible.
Con un ingreso estable, Roberto invierte activamente en el futuro de su familia, pagando las cuotas y útiles escolares de sus hermanas para que ellas puedan alcanzar sus propios sueños.
Su historia refleja cómo la oportunidad y la colaboración pueden transformar vidas: para él, que recupera su dignidad; para su familia, que ve un futuro más seguro; y para la comunidad, que se beneficia de un profesional motivado que hoy continúa sus estudios y su trabajo a tiempo completo, demostrando que es posible reconstruir el futuro en casa con el apoyo adecuado.
Un nuevo camino productivo
Global Refuge (anteriormente LIRS) es una organización que apoya la protección y reintegración de migrantes. El programa Camino a Casa brinda apoyo integral (vocacional, educativo y de salud mental) a jóvenes retornados en Guatemala y México.
En años recientes se ha incrementado el número de jóvenes y adultos deportados a Guatemala, tras ser capturados en ruta a Estados Unidos o incluso tras años de haber vivido allí. El gran desafío de la reinserción depende de múltiples factores: falta de perspectivas laborales, poca información sobre programas de ayuda o desconocimiento sobre cómo aprovechar habilidades aprendidas durante la migración.
El programa Camino a Casa opera en Guatemala, brindando apoyo médico y emocional, gestión de perfiles laborales -incluso a partir de presentar un buen curriculum-, orientación para la reunificación familiar, transporte al lugar de origen, educación financiera o apoyo legal.
Más información sobre Camino a Casa, aquí.
El emprendimiento siempre es una buena ruta













