El pato poc era una ave que habitaba el lago de Atitlán, pero en la década del 80 desapareció.

El lago de Atitlán, una de las maravillas naturales de Guatemala, es hogar de numerosas especies de flora y fauna. Sin embargo, una de sus criaturas más emblemáticas, el pato poc (Podilymbus gigas), desapareció para siempre en 1989.

Con su extinción, nació una leyenda que mantiene viva su memoria entre los pobladores de los alrededores del lago.

¿Qué era el pato poc?

El pato poc, conocido también como el zambullidor de Atitlán, era una especie de ave acuática endémica del lago.

Se caracterizaba por su incapacidad para volar, su plumaje marrón y su habilidad para sumergirse en busca de peces y crustáceos.

Fue descubierto en 1960 por el ornitólogo estadounidense William H. Burt y rápidamente se convirtió en un símbolo del ecosistema único del lago.

El origen de la leyenda

Los habitantes de los pueblos alrededor del lago de Atitlán cuentan una leyenda sobre la desaparición del pato poc. Según la historia, en tiempos antiguos, el pato poc era considerado un ave sagrada por los ancestros mayas.

Se decía que era el guardián del lago y que su canto anunciaba la llegada de buenas cosechas o lluvias abundantes.

Sin embargo, un día, los hombres comenzaron a cazarlo sin control, no por necesidad, sino por avaricia.

Los ancianos advirtieron que si el pato poc desaparecía, el equilibrio del lago se rompería. Pero nadie escuchó. La especie fue diezmada por la caza y la introducción de especies invasoras como la lobina negra, que devoraba sus crías.

Cuando el último pato poc desapareció en 1989, los pescadores notaron que las aguas del lago se tornaron más turbias, y que los peces eran cada vez más escasos.

Desde entonces, la leyenda dice que, en noches tranquilas, el espíritu del pato poc todavía se escucha zambullirse en el agua, recordándole a la humanidad la importancia de proteger la naturaleza.

Un llamado a la conservación

Más allá de la leyenda, la historia del pato poc es un recordatorio real sobre los efectos de la intervención humana en los ecosistemas. Su extinción fue resultado de la caza, la contaminación y la introducción de especies foráneas. Hoy, el lago de Atitlán enfrenta nuevas amenazas ambientales, y los esfuerzos de conservación buscan evitar que otras especies corran la misma suerte que el pato poc.

Esta leyenda, transmitida de generación en generación, sigue viva como una advertencia: cuando una especie desaparece, el equilibrio de la naturaleza se ve afectado, y con ello, la vida misma del lago y sus habitantes.

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Marysabel Aldana Periodista, SoyMigrante.com REVISTA
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.