Tres décadas y media en Estados Unidos no han bastado para que Melvin Falla se olvide de su natal Estancia de la Virgen, aldea de San Cristóbal Acasaguastlán, El Progreso. Locutor e impulsor de múltiples ayudas, tiene el sueño de instalar su radio Stereo Stancia, en su tierra.
Con apenas 500 quetzales en el bolsillo y una mochila cargada de sueños, Melvin Falla dejó su pueblo natal Estancia La Virgen, en el Departamento de El Progreso, Guatemala, en 1990, para buscar un mejor futuro en Estados Unidos.
Treinta y cinco años después, su voz se escucha con fuerza desde Minnesota a través de Stereo Stancia, una emisora digital que fundó para mantener vivas las raíces centroamericanas y tender puentes con su comunidad. Desde allí entretiene pero también hace constantes campañas de ayuda para personas y comunidades, confiando siempre en la proverbial solidaridad del guatemalteco.
“Yo venía por dos años, decía. ¿Verdad? Según venía por dos años… esos dos años se convirtieron en 35 años”, dice sorprendido en la conversación. Y esta es su historia.

Una partida marcada por el amor familiar
Melvin creció entre el calor del campo y el trabajo duro. Desde niño ayudaba a su padre en la venta de limón, que cultivaba en San Cristóbal Acasaguastlán. Pero después trabajó en sembradíos de tabaco, pepino y tomate. “A los siete años yo ya no trabajaba con mi papá, me iba a trabajar al tabaco”. Ganaba Q2 quetzales con cincuenta centavos a la semana. Y le daba los dos quetzales a su mamá y él usaba los cincuenta para comprar dulces.
Melvin estudió Magisterio. “Soñaba con ser maestro de primaria, ayudar a los niños a formar su inteligencia”. Fue en quinto año de magisterio cuando la situación económica familiar lo empujó a tomar la difícil decisión de emigrar. “Mi papá ya no pudo seguirnos apoyando. Soy el mayor de sus hijos. Mi segundo hermano estaba estudiando Mercadotecnia y Publicidad, mi otro hermano Mecánica Automotriz, y mi hermana estaba en básico…”.
Melvin migró a Estados Unidos y con lo que ganaba ayudó a sus hermanos a estudiar.

Despedida grabada en la memoria
“Me recuerdo una noche veníamos de la iglesia. Mi papá es catequista. Teníamos el problema económico y mi tío me dijo si quería viajar con él al Norte. Le pedí permiso a mi papá. Fue un viaje de casi un mes, trabajando en el camino para poder llegar. “Mi mamá lloraba. En ese tiempo no existían celulares ni internet. Ella pedía a Dios saber si yo estaba vivo o no. Pobrecita, ella sufrió mucho al no saber nada de mí en la travesía”.
“Al mes pude llamar, a través de una cita en las casetas de Guatel en San Cristóbal. Mi mamá lloraba de alegría al saber que había llegado y de tristeza porque estaba lejos”.
Melvin llegó primero a California. “Buscaba trabajo de lo que viniera”, recuerda. Un hombre lo contrató para lavar platos en un restaurante japonés. Aprendió a preparar comida, ensaladas y sushi. Después de un par de años, se mudó a Pomona, donde trabajó cinco años en reciclaje. Más tarde, migró a Minnesota, atraído por mejores salarios.
“En Minnesota trabajé en fábricas de shampoo, panaderías, en empaque} de productos, y también armaba partes de esquíes de agua. Sin conocer el idioma, padecí discriminación. Pero trabajaba duro y con calidad. Alguien me explicaba en cada trabajo lo que había que hacer y comenzaba”
Sorpresiva entrada en la cabina de radio
Melvin Falla nunca había pensado en ser locutor. El mundo de la radio llegó a su vida casi por casualidad y se convirtió en su mundo. Un amigo locutor de Minnesota lo invitó un día a colaborar en un programa. “Yo le decía: ‘No, yo soy muy tímido’… y me dijo: ‘Empieza hablando poquito, un saludo, algo breve, pero bien pensado. Puedes ponerlo por escrito para decirlo”.
Así nació su camino en los medios. Primero estuvo en un programa llamado Fiesta en Centroamérica, luego pasó por varias emisoras de música hispana. Fueron varios años de trabajar en locución, lo cual ayudó también a sus ingresos. Por consejo de otro amigo fundó Stereo Estancia, su propia radio en línea, hace 9 años.
El nombre honra a su tierra: “El nombre de la emisora hace homenaje a mi pueblo Estancia de la Virgen. Pero para que suene más moderno, le pongo Stancia”.

Puentes de voz y solidaridad
Melvin Falla ha hecho de la solidaridad un hábito. Ha organizado colectas para proyectos comunitarios en en Minessota, pero gracias a la radio ha llegado a más connacionales en todo EStados Unidos. “Cuando alguien fallecía… se mandaba su dinero a la familia. También si alguien estaba enfermo y no tenía cómo ir al hospital, reuníamos fondos en radiomaratones”.
Cuando ocurrieron tragedias en el país como el deslave del Cambray en 2015 o el alud del Volcán de Fuego en 2018, Melvin reunió ayuda a través de Sterero Stancia. “Cuando llevábamos ayuda para el Cambray, nos retuvieron en el aeropuerto porque pensaban que el frijol que llevábamos era de contrabando. Pero finalmente nos dejaron ingresarlo al país y donarlo a la gente”.
En 2018, cuando ocurrió el deslave del volcán de Fuego, le dio dinero en efectivo a los damnificados: “Me fui a entregarlo en persona, ahí a los albergues. A cada familia, le daba, en silencio su sobre con efectivo. Se sentían contentos y agradecidos. Yo les decía que era de parte de hermanos guatemaltecos en Estados Unidos”.
El sueño de enseñar... en su Estancia de la Virgen
Melvin sigue con el afán de solidaridad. “Quiero mandar unas sillas de ruedas, andadores… también quiero llegar con la radio Stero Stancia a dar clases de locución en Estancia de la Virgen. Ayudar a jóvenes a pulir su talento para comunicar.”.
Pero sin duda alguna su máximo sueño es el de enseñar en su pueblo. “Mi gran sueño es estar tranquilamente en mi país, estar con mi gente, con mi familia y seguir con esto lo de la radio desde mi aldea natal”.
Mientras tanto, se dedica a informar sobre las situaciones que ocurren actualmente en EStados Unidos en el tema migrante. “Yo aconsejo a las personas que si piensan gastar dineral en viajar, mejor lo inviertan en un negocio, porque ahora es demasiado riesgosa la ruta, pueden morir y además aquí está demasiado fuerte la vigilancia”. Aclara que cada persona es libre de tomar su decisión, pero que hay demasiada diferencia respecto de hace 35 años.
Melvin Falla desde su cabina en Minnesota sigue hablando por y para la gente. Como locutor y activista, considera importante informar sobre las realidades pero a la vez costruir puentes para fomentar el desarrollo en Guatemala. “Por eso quiero regresar, para formar talentos de la comunicación, porque desde este campo se puede servir mucho y construir mejores comunidades”