Hace algún tiempo el fotógrafo momosteco José Antonio Pelicó tuvo un breve encuentro con un Quetzal, apenas pudo captarlo. Desde entonces sentía que tenía algo pendiente por hacer.
En mayo último, época de apareamiento del Quetzal, Pelicó decidió aventurarse a San Rafael Pie de la Cuesta, un municipio de San Marcos, ubicado a casi 6 horas de camino desde la Ciudad de Guatemala.
Tres años después de su primer encuentro casual con un hermoso Quetzal, José Antonio iba dispuesto a captar el ave nacional, pero no imaginó que la vida lo recompensaría más de lo que imaginó.
Ese día decidió salir a las 4 am de Momostenango, en el camino tuvo un pequeño desvío, pero para su sorpresa al llegar a su destino para captar al Quetzal, él tuvo la oportunidad de encontrar e intercambiar experiencias con otros fotógrafos guatemaltecos reconocidos.
“Esperaba ese encuentro con la naturaleza, un diálogo con ella. Cuando tenía ese sentimiento, el Quetzal sale de su nido y hace un cambio con la hembra, pues el macho, como lo haría el hombre, también cuida del nido y busca alimento. El macho comparte esa responsabilidad de ser padre. Vi salir al Quetzal para buscar alimento. La hembra cazó una lagartija y regresó al nido. Esa misma noche me puse a editar las fotografías”, recuerda con emoción Pericó.
José Antonio Pelicó comparte que en situaciones tan especiales como esta “uno siempre puede sacar provecho con el equipo que se tenga”. Pelicó logró lo que muchos fotógrafos desean: captar el momento con su cámara Nikon D750.