En la vasta colección del Museo de Arte de Birmingham, Alabama, se resguarda una pieza excepcional del arte precolombino: un vaso cilíndrico policromado de la cultura maya de Petén, Guatemala. Dada aproximadamente de los años 250 y 900 d.C.
Esta vasija de barro cocido y engobe es más bien pequeña: 16.5 cm de alto por 10.8 cm de diámetro, pero tiene un increíble colorido y gran riqueza simbólica. Alrededor de este vaso caminan tres animales: un mono, un jaguar y un coatí (más conocido en Guatemala como pizote).
A primera vista podrían parecer representaciones naturalistas, pero varios elementos indican que se trata de criaturas sobrenaturales. Cada uno lleva atado al cuello un paño rojo, un símbolo asociado con la muerte o el sacrificio en el mundo maya.
Además, se observan otros detalles cargados de significado, como las garras del jaguar decoradas con patrones que evocan su vínculo con el inframundo, sus ojos inyectados en sangre y la oreja alargada del mono. Los tres personajes ostentan penachos ceremoniales.
En efecto, estas figuras no representan animales comunes, sino nahuales: entidades espirituales que los mayas concebían como protectores y reflejos sobrenaturales de las personas. Se cree que estos seres acompañaban a los humanos a lo largo de su vida, reflejando su destino y su fuerza espiritual.
Es de hacer notar el color blanco que tienen estos personajes, cuyos cuerpos son más bien antropomorfos. Además, los puntos que poseen tienen relacion con simbología del inframundo.
Es llamativo un detalle. Los tres personajes caminan erguidos de izquierda a derecha, siguiendo el recorrido del sol hacia el ocaso, es decir a la noche y el inframundo, otra referencia clara al tránsito entre la vida y la muerte.
Los vasos cilíndricos como este cumplían múltiples funciones en la sociedad maya. Eran utilizados en rituales para servir comida y bebida, y con frecuencia se enterraban en tumbas como ofrendas funerarias, vinculando el mundo de los vivos con el de los muertos.
Es posible que este vaso haya sido parte de una ofrenda maya funeraria, debido a los significados de las imágenes ya aludidas. Se desconocen totalmente las circunstancias de su hallazgo y extracción, con lo cual se perdió por siempre la posibilidad de conocer más el contexto de la pieza. No obstante, su conservación es notoriamente buena y permite admirar al menos la belleza estética para tratar de deducir sus connotaciones.
Como se anotó anteriormente se desconoce el sitio maya de donde provino esta. El sitio del museo solo consigna que proviene de Guatemala. Actualmente está clasificada como “recipiente” dentro del acervo del museo, fue adquirida en 1991 mediante fondos del Comité de Artes Tradicionales del museo de arte de Birmingham
El vaso cilíndrico maya del Museo de Arte de Birmingham no solo es una muestra del esplendor estético de esta civilización, sino también una ventana hacia su compleja cosmovisión, donde lo humano y lo sobrenatural, lo terrenal y lo espiritual, se entrelazan en cada trazo.
Establecido en 1959, el Museo de Arte de Birmingham, Alabama posee una colección de alrededor de 29 mil piezas de diversas expresiones de arte e historia provenientes de todas partes del mundo. No todo se encuentra en exposición permanente. Sin embargo, sus áreas de 150 mil metros cuadrados, en tres niveles, tienen un mundo de maravillas por descubrir, incluyendo por supuesto, piezas de la América prehispánica.
La entrada es GRATUITA. Y puede ser visitado de martes a sábado de 10 a 17 horas. Domingos, de 12 a 17 horas. Se puede llegar en auto (hay parqueo gratis también), pero también en bicicleta y autobús. Más información en el sitio del museo.
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