Es una pieza maravillosa, resguardada en The Walters Art Museum de Baltimore. Sus llamativos detalles prácticamente evocan la escena de un ancestro que regresa a la superficie a través de una concha marina que simboliza la puerta al Inframundo.
Los incensarios mayas suelen tener elaborados diseños, precisamente por su función de objetos rituales. En este, aparentemente se retrata una narrativa mitológica maya. Se calcula que data del año 500.
El personaje que sale de una concha marina un ser sobrenatural, espiritual, posiblemente un antepasado o posiblemente el Dios «N», clasificado así porque no se conoce su nombre prehispánico. Emerge de una concha marina, que es símbolo la entrada al inframundo acuático.
Esta pieza es proveniente de la Costa Sur de Guatemala, conservada en The Walters Art Museum de Baltimore, por una donación hecha en 2000. Antes de ello esta joya maya migrante estuvo en una colección de arte de Nuevo México y previamente, en Indiana. En 2013 formó parte de una exposición llamada Explorando el arte de las Américas antiguas.
Hay que saber ver detalles interesantes
El incensario tiene un estilo «teotihuacano», por los rasgos del personaje, incluyendo la nariguera . El personaje, un ancestro o quizá un dios, se agarra del borde de la concha con la mano izquierda para poder salir al mundo.
Cabe recordar que la Costa Sur en tiempos prehispánicos era una región de intenso comercio en Mesoamérica, es decir el territorio del sur de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Bellice. Eso explicaría el influjo de Teotihuacan.
El incensario tiene un estilo «teotihuacano», por los rasgos del personaje y por la reproducción de una nariguera trapezoidal que se reproduce a gran escala en la parte de abajo. El personaje, un ancestro o quizá un dios, se agarra del borde de la concha con la mano izquierda para poder salir al mundo.
Cabe recordar que la Costa Sur en tiempos prehispánicos era una región de intenso comercio en Mesoamérica, es decir el territorio del sur de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Bellice.
«El personaje tiene un collar de tres vueltas de cuentas redondas», describe la página del Walters Art Museum. Ojo, sobre el pecho lleva una miniatura de la concha de la que está saliendo.
Sus brazos también están adornados con una concha cada uno, y además porta dos pulseras de pequeñas cuentas. El tinte amarillo de sus joyas puede indicar que todas fueron elaboradas o coloreadas a base de conchas trituradas.
La base tiene el adorno nasal trapezoidal característico de la élite teotihuacana. También hay dos grandes orejeras están unidas a cada reborde en los lados de la base: todo ello simboliza o evoca una cabeza adornada, que echa humo.
En esta base se colocaban las brazas y el incienso. El humo subía por la tapa y salía por los agujeros en ambos extremos de la carcasa y alrededor del personaje místico.
Procedencia de la pieza: Colección privada, Indiana; Ron Messick Fine Arts, Santa Fe, Nuevo México; adquirido por John G. Bourne, Santa Fe, 2000; donado a la John G. Bourne Foundation, 2000 [1]; donado al Walters Art Museum, 2013.
Actualmente se resguarda en el Walters Art Museum, cuyo sitio digital advierte que la pieza no se encuentra en exposición al público actualmente.