Héctor Gómez es un apasionado de la música sacra que la lleva en el corazón durante las procesiones.
Las procesiones en Guatemala son una de las expresiones de fe más arraigadas en la cultura del país.
En ellas, la música juega un papel esencial, transportando a los devotos a un encuentro espiritual a través de cada nota.
Detrás de estas interpretaciones hay músicos dedicados, como Héctor Alfredo Gómez Barillas, un maestro de educación musical cuya vida ha estado marcada por su amor a la música sacra y su vocación de enseñanza.
El inicio de un camino musical
Héctor Gómez nació en 1971 en Antigua Guatemala, un lugar reconocido por su fervor religioso y sus imponentes cortejos procesionales.
Desde niño, la música capturó su atención, y muy pronto comenzó a formar parte de bandas musicales.
Su primer acercamiento fue de manera empírica, pero su talento y determinación lo llevaron a ingresar al Conservatorio de Música a los 16 años, mientras también recibía formación en la Escuela de Música.
El primer instrumento que aprendió a ejecutar fue la lira, con la que encontró su conexión con las marchas fúnebres y las procesiones. Su amor por estas tradiciones creció al lado de su padre, quien lo llevaba a ver los cortejos en las calles empedradas de Antigua Guatemala. Desde entonces, supo que quería ser parte de las bandas procesionales, y a lo largo de los años perfeccionó su interpretación de la lira, el clarinete y la flauta piccolo.
Una vida dedicada a la enseñanza y a la música sacra
Si bien su pasión por la música lo ha llevado a recorrer diferentes escenarios procesionales, lo que más lo motiva es la enseñanza.
Como docente de educación musical en escuelas del gobierno, Gómez busca que sus estudiantes encuentren en la música un espacio de expresión y crecimiento.

Desde 1985, ha sido parte de distintas bandas que han marcado la historia musical de Guatemala, pero su mayor logro ha sido la creación de su propia agrupación: la Banda Héctor Gómez, integrada por 50 filarmónicos que lo acompañan en cada presentación.
Su labor es altamente demandada, y cada año las hermandades organizadoras de las procesiones lo contactan con anticipación para asegurar su participación en los cortejos más importantes del país.

Las procesiones que ha acompañado
Los desafíos de un maestro de la música sacra
Aunque la música procesional evoca solemnidad y espiritualidad, detrás de cada interpretación hay una gran responsabilidad.

Como en toda actividad en vivo, pueden surgir imprevistos. Gómez menciona que durante algunas procesiones han enfrentado dificultades como la rotura de parches, daños en los instrumentos o la ausencia de músicos por emergencias. Sin embargo, siempre encuentran la manera de resolver estos contratiempos para que la música no deje de sonar.
Con 40 años de experiencia en los cortejos procesionales, Héctor Gómez se ha convertido en un referente de la música sacra en Guatemala.
Su pasión y entrega han hecho que su legado trascienda, no solo en las procesiones, sino también en las nuevas generaciones de músicos que él mismo forma con dedicación.
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