El guatemalteco Pablo León es un migrante entre universos ilustrativos de realidad histórica, superhéroes y también cosmovisión maya. Desde Los Angeles ha producido cortometrajes y esta es su historia.
En Los Ángeles, donde la industria del entretenimiento se mezcla con los sueños, un guatemalteco dibuja con gran habilidad escenarios de fantasía, personajes con superpoderes y también las memorias históricas de la tierra del Quetzal.
Pablo León —autor, cineasta y diseñador— vive entre animaciones, novelas gráficas y películas que respiran historia. Desde sus días en la zona 7 de la capital de Guatemala hasta su nominación al Premio Eisner por una historieta sobre migración y la postulación de su corto Remember Us dentro de la lista preliminar a los Premios Óscar, su historia es la de un creador que nunca dejó de escuchar la voz del niño que transforma universos..
“Mi mamá me apoyó desde el inicio para dedicarme a lo que hago”, cuenta. Dejó Guatemala a los 14 años rumbo a Maryland, en un invierno que le pareció “el más frío del universo”. Fue ahí donde su mirada cambió. En medio de la nostalgia y la búsqueda de pertenencia, descubrió Maus, una novela gráfica sobre el Holocausto. “Me sorprendió: ¡se pueden contar cosas tan serias en un cómic!”, recuerda. El arte también podía ser memoria y resistencia.
Búsqueda creativa lo llevó hasta el tema migratorio
El camino al éxito no fue nada directo. “A veces sentía que pagué por nada en la universidad, pero ese tiempo fue otro tipo de escuela de vida”, confiesa. Entre trabajos de ilustración en estudios pequeños y pruebas de diseño, su talento lo llevó a Atlanta, donde comenzó su carrera en animación para televisión. Elaboraba fondos y paisajes. “Era fascinante, pero un día me pregunté: ¿qué estoy haciendo? Dibujar es hermoso, pero ¿qué historia estoy contando?”.
Entonces decidió relatar historias que superan la ficción porque son realidad: Su primera gran obra, The Journey, nació de la entrevista con una joven que había cruzado sola desde Guatemala hasta Estados Unidos. Aquella historia se transformó en un cómic de 30 páginas sobre la niñez migrante, las dificultades para adaptarse a la vida en USA y también los detonantes de la migración en Guatemala.
“Fue un proyecto pequeño, pero con alma. Fui nominado al premio Eisner. No gané pero me dieron cena gratis —y muchas puertas se abrieron después”, dice entre risas. El premio Eisner es el más importante en el mundo de la animación.
Nuevos universos se abren para Pablo
Esa nominación le abrió a Pablo, literalmente, las puertas a nuevos universos. Llegó Miles Morales, la serie gráfica del joven Spider-Man para Scholastic, y con ella, un público infantil que lo inspiró aún más. “Me gusta crear para niños. Podés influir en cómo ven el mundo, ayudarlos a entender quiénes son”, afirma.
“En esos libros hablamos de temas reales —como el terremoto en Puerto Rico— pero desde la mirada de un héroe joven. Eso me encanta”. En esas historias, León ve la oportunidad de sembrar empatía y orgullo cultural hispano.
Orgulloso de su identidad
Pero Pablo León nunca dejó de mirar a su tierra centroamericana. Su novela gráfica Silenced Voices -sobre una masacre perpetrada por militares contra una aldea en Guatemala- y su cortometraje animado Remember Us -sobre una desaparición forzada en El Salvador- exploran la memoria del conflicto armado en el Istmo.
“Siempre tuve miedo de cómo hablar de todo ello con respeto. No quería caer en explotar la miseria ni en el activismo vacío. Quería dar dignidad a quienes vivieron toda esa tragedia”, explica.
Espera desarrollar largometraje basado en la historia de Tecún Umán, Héroe de Guatemala
Lo logró: Remember Us viajó por festivales internacionales y fue calificado dentro de la lista preliminar para los Premios Óscar. No fue nomianda pero estar en esa selección fue un logro mayúsculo para un proyecto independiente “hecho con más corazón que presupuesto”, según dice Pablo.
Hoy, mientras cocina junto a sus gatos Agave, Moth y Midna, Pablo prepara nuevos proyectos: un largometraje basado en un libro infantil y una serie inspirada en la mitología maya. “Estoy armando algo así como un Dragon Ball mesoamericano, basado un poco en la historia de Tecún Umán. Quiero que los niños vean héroes que se parezcan a ellos”, cuenta con entusiasmo.
El trabajo del ilustrador guatemalteco Pablo León es variado, multitemático y deslumbrante
El reto: dibujar tu propia historia con originalidad
La trayectoria de Pablo es una lección para quienes dudan en seguir una vocación artística. “Nos trajeron a Estados Unidos para hacer más, y elegí hacer caricaturas”, dice con humor. Pero su obra demuestra que su elección fue más profunda: eligió darle imagen a lo invisible, voz a lo silenciado, y esperanza a lo que muchos creían olvidado.
Porque al final, como él mismo lo define, no se ve como un héroe, sino como un guerrero con lápiz y corazón. Un guatemalteco que, entre sombras y colores, sigue dibujando caminos hacia la esperanza de una realidad mejor.
Creatividad guatemalteca sin barreras













