José Antonio Pelicó exhibe en cada fotografía su gusto por captar la vía láctea, el paisajismo y también retratos o sesiones familiares. "Momentos que queden en la memoria" es su aspiración constante.
A sus 14 años de edad a Joosé Antonio Pelicó, solía llamarle la atención la fotografía. Al pasar el tiempo se convirtió en un pasatiempo. Recuerda que la primera cámara que su madre le compró fue una cámara Sony, esas que funcionaban con rollo y que para obtener la imagen debías revelarlas. Recuerda que llevaba su cámara a una tienda Fujifilm en Quetzaltenango.
“Trato de transmitir y comunicar a través de la fotografía momentos que queden en la memoria colectiva y social”, expresa José Antonio.
Así es Momostenango, Totonicapán
Cotidianidad en la memoria
Después de muchos años, Pelicó decidió enfocarse en la fotografía desde el 2023 y dejar el trabajo que tenía en una organización. “Gracias a Dios me va bien”, refiere. Gracias a su buen trabajo también ha obtenido la confianza de ser contratado por guatemaltecos migrantes en USA y desde ese país lo contratan para algún evento en Guatemala.
Su pasión por la fotografía lo ha llevado a captar lo mejor de Huehuetenango, Quiché, la zona Reina, San Marcos, Sololá y su natal Totonicapán.
El cielo desde Totonicapán
“Momostenango está lleno de cultura, es un enlace gastronómico. Además, hay conocimiento astronómico y eso es parte de la cultura maya”, añade Pericó.
La fotografía ha llevado a Pelicó a vivir experiencias únicas. Uno de los momentos más especiales que ha captado ha sido el Waqxakib’ B’atz, una celebración sagrada de Año Nuevo en el mundo maya.
Vida silvestre y paisajes
A sus 36 años, con su cámara Nikon D750 y un lente 60-300mm, José Antonio Pericó se dispone a captar la cultura maya de Guatemala con pasión y determinación.