La familia migrante a Cabrera Sánchez fundó Quetzalpan Bakery, en Maryland. Desde 2008 ofrecen una exquisita variedad de panes artesanales guatemaltecos y pasteles para toda ocasión.
El vuelo de Quetzalpan Bakery
En 2008 se desató una crisis mundial, conocida comúnmente como la “Crisis financiera global”. La cual impactó en la economía de Estados Unidos en las áreas de inmobiliarios, empresas y por ende despidos. Uno de los afectados fue la familia Cabrera Sánchez, quedó sin un espacio laboral “Tuvimos un proceso de escasez, muchos perdieron su vivienda y de ahí nace la iniciativa vender panes”.
Emprender no fue fácil para la familia, la idea estaba clara pero ambos esposos debían aprender y mejorar la técnica de elaboración del pan “En ese entonces primero empezamos a practicar, por que no nos salía bien, pero poco a poco emprendimos este camino”. En casa practicaron y experimentaron hasta encontrar el sabor que ahora es cotizado en el sector.
El horno, azafates y los ingredientes como la harina, el huevo y otros son la fusión del espectacular pan. La cocina de los esposos se ha convertido en la fábrica de pan quetzalteco “Nosotros lo hacemos en casa. Aquí lo procesamos contamos con una máquina y un pequeño horno”. Sabor y tradición se traslada al paladar de cada inmigrante guatemalteco.
Pan dulce, pan de corona, bizcocho, molletes, pan con ajonjolí, francés, cubitos, pan de elote y magdalenas son la especialidad de la casa. La venta de estos deliciosos manjares se realiza en la vivienda de la familia Cabrera Sánchez. También por medio de su red social Facebook. “Gracias a Dios tenemos clientes y vendemos por recomendaciones”. De lunes a sábado están al servicio de la comunidad en Maryland, Estados Unidos.
Quetzalpan bakery
Emprender en un país diferente duplica el esfuerzo por enfrentarse a varios desafíos como el idioma y los permisos, por ello el trabajo de los esposos se ve reflejado día a día. Ambos se dedican a esta labor que les ha costado varios sacrificios y sobre todo empeño, fuerza y esperanza. “Desde que salí de Guatemala nunca me imaginé emprender en este país, pero Dios nos dio la oportunidad y desde mi casa”.
La meta de la familia es lograr expandirse y colocar su propio local que les permita tener mayor conexión con la clientela. Aunque este proyecto es un reto con esfuerzo y trabajo luchan por el cumplimiento. “Es un orgullo emprender desde casa, nunca me imaginé hacer este trabajo fuera de mi país. nuestra meta está en las manos de Dios”.
La actividad en la panadería fue un reto para Juanita, ya que ella aprendió de este oficio por su esposo y videos de cocina “Uno de los desafíos fue que no me gustaba hacer los panes y me estresa bastante, fue algo nuevo para mí. Pero todo cambió con el tiempo”. Desde muy temprano la familia se encarga de elaborar los panes para luego venderlos y que lleguen al hogar de cada familia migrante guatemalteca. Para Ambrosio este emprendimiento fue un sueño hecho realidad.
Pasteles tradicionales compuestos de masa, relleno de sabores; vainilla, chocolate, también crema, frutas y a menudo cubierto con glaseado, crema batida o fondant también son la especialidad de los esposos que ofrecen casualmente en fiestas o encargos.
“El éxito es la familia”
¿Cuáles han sido los aprendizajes desde el emprendimiento?
Juanita: “Hemos aprendido a estar conectados con el negocio y trabajar en la comunicación y comprensión. También de los errores hemos salido adelante”. Ambrosio agregó: “Empezar no ha sido fácil. Aprendimos a tener paciencia y como todo hemos tenido subidas y bajadas en los productos, seguimos adelante para no quedarnos estancados.
La conexión de esta pareja migrante guatemalteca transmite esfuerzo, fe y esperanza de salir adelante. El éxito lo buscan cada día a través de los sabores únicos y transportables con un pedazo de su querido departamento Quetzaltenango.
Gerson, Juanito, Marilyn, Aleyda y Steven son los pilares para que los esposos migrantes guatemaltecos Cabrera Sánchez continúen con esta labor importante en la panadería. Entre harina y glaseado construyen el legado familiar “Quetzalpan bakery”.