Entre miles de guatemaltecos reunidos en el juego que Guatemala ganó 3-2 a Guadalupe en New Jersey, hubo un rostro que atrajo cámaras por su alegría. Esta es su historia, incluyendo el pesar que vivió después.
Se llama Federico Antonio Marcos. Nació en Colomba, Costa Cuca, Quetzaltenango, en febrero de 1978. Llegó como migrante a Estados Unidos en 2006 después de un viaje largo y peligroso en el que pasó hambre, estuvo en riesgo de ser secuestrado, se perdió en el camino, arriesgó su vida sobre el tren La Bestia.
Esta es la historia del migrante guatemalteco cuyo rostro pintado con los colores azul y blanco atrajo cámaras en el juego que marcó el pase de Guatemala a las cuartos de final de la Copa Oro, al vencer 3-2 a Guadalupe. «Solo quería expresar mi amor a Guatemala y mi apoyo a la selección. Por eso me pinté la cara, construí mi sombrero con banderitas y grité a todo pulmón los goles. No me imaginé que tanta gente me iba a ver y a escribir», cuenta al ser entrevistado por SoyMigrante.com
Trabaja en una secundaria de Houston
«El momento en que yo pensé ¡Hasta aquí llegué, Dios Mío, solo tu sabes si aquí voy a quedar! fue cuando nos corrió la policía de México y nos subimos al tren La Bestia en un pueblo. Yo solo iba colgando, agarrado con los dos brazos de un tubo», relata.
«Un policía gritó: «suéltate o te disparo». Yo he oído de gente que se tira y le pasan las ruedas y les cortan las piernas. No me solté y solo esperaba el balazo. Pero no disparó… me fui colgando por un buen rato, hasta que logré subirme». Pasamos mucha hambre y necesidad. Tuvimos que caminar unas 13 horas por el desierto y es todo un sacrificio que a veces uno se pregunta si vale la pena, porque estás lejos de tus hijos, lejos de tu familia.
Desde hace tres años, Federico trabaja en la cocina de una escuela secundaria de Houston. Es el encargado de lavar ollas y todos los utensilios. «Yo trabajé al inicio en restaurantes y se hacía de todo, pero eran horarios muy matados. Aquí se tiene horario y estoy mejor, gracias a Dios», cuenta.
Un día alegre al que siguió la tristeza
En mayo de 2023, Federico visitó a su familia en Totonicapán y disfrutó de varios atractivos turísticos. Regresó al trabajo. Luego vino la Copa Oro y pudo acudir al juego de Guatemala contra Guadalupe. Pero después de esa ocasión tan alegre sobrevino una noticia triste: el viernes 7 de julio falleció su papá Juan Mateo Antonio.
No podía regresar a tiempo a Guatemala para el sepelio así que decidió homenajearlo de otra forma: se confeccionó una playera con una leyenda. «Para tí Papá Juan, hasta el cielo», que lucirá en el partido de Guatemala contra Jaimaica, en el estadio de Cincinatti, Ohio, este domingo 9 de julio.
«Mi papá me enseñó a trabajar y sobre todo a ser honrado. Ese gran valor me ha permitido superarme aquí en Estados Unidos y que mis patronos me tengan confianza. Gracias a mi viejito. Tengo el consuelo de que lo ví y hablé con él en mayo», refiere con lágrimas en los ojos.