Remesas migrantes enviadas por guatemaltecos a sus seres queridos superan por primera vez los US$2 mil millones en un solo mes. Con ello se consolidan como la principal entrada de divisas al país... pero los migrantes son mucho más que remesas y necesitan más apoyo.
La cifra de remesas migrantes enviadas por guatemaltecos a sus familiares en el país es impresionante: en agosto 2024 llegaron por este concepto US$ 2 mil 20 millones 600 mil dólares. Nunca antes en un solo mes se había superado la barrera de los US$2 mil millones . En julio último el total fue de US$1 mil 819 millones.
Con este aporte suman en ocho meses del 2024 un total de US$14 mil 110 millones 900 mil dólares, que convertido a quetzales son aproximadamente 108,650 millones de quetzales, lo cual brinda una dimensión de este aporte de divisas al país, que se consolida como el principal pilar económico nacional.
Una fortaleza que tiene un alto costo
El incremento progresivo de remesas puede reflejar la contínua partida de guatemaltecos, sobre todo jóvenes, indocumentados hacia Estados Unidos, con la intención de obtener fuentes laborales accesibles y mejor remuneradas, a fin de ayudar a sus familias. Pero esto representa una pérdida para la fuerza laboral guatemalteca, ya que con ello se van inteligencias y personas con habilidades, incluyendo técnicos, pilotos, estudiantes universitarios y obreros especializados.
Por otra parte, muchas familias se dividen de manera incierta, pues aunque el padre o madre de familia envíe recursos en dinero, su ausencia crea un vacío en la dinámica de crianza de los hijos y también pérdidas emocionales en los niños y jóvenes. Si bien llegan a recibir remesas para apoyar sus estudios, nada sustituye el amor de un padre o una madre.
Una bonanza que trae sus sombras
Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional sobre Guatemala resalta la perspectiva favorable de crecimiento económico para el país, pero señala que la dependencia de remesas migrantes constituye un riesgo, a pesar de su aparente estabilidad.
“La dependencia de Guatemala de las remesas condiciona la robustez del consumo privado a las condiciones del mercado laboral hispano de Estados Unidos, con un mayor impacto en la población más vulnerable. Esta dependencia hace que las políticas monetarias y cambiarias de Guatemala sean más complejas y costosas”, señala el informe.
“Otros riesgos para la economía incluirían la falta de avances en la agenda económica, con un crecimiento económico por debajo del potencial”. Esto quiere decir que al existir una especie de “confianza” en la llegada de remesas para el consumo, se produce cierta baja en la innovación y la competitividad, pues existe tal “seguro”. No obstante, al cortarse o reducirse las remesas, puede tener un impacto de golpe.
La expectativa del Banco de Guatemala es que las remesas durante todo el 2024 superen los US$20 mil millones de dólares.