Temor a salir a la calle para acudir a citas de control de embarazo es una tendencia creciente en madres migrantes. Este reporte de 19th. News lo pone de manifiesto.
La intensificación de operativos antimigrantes y la amenaza constante de deportación por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han creado un entorno de miedo que afecta la salud de las mujeres embarazadas sin estatus legal en ciudades de Estados Unidos.
Un número creciente de ellas evita acudir a consultas prenatales o posnatales, por temor a ser detenidas, lo que puede resultar en complicaciones graves como parto prematuro, bajo peso al nacer o cesáreas de emergencia. Estudios muestran que la falta de atención prenatal aumenta significativamente los riesgos de mortalidad y problemas de salud para los bebés.
Dos casos reales
Jacqueline, inmigrante guatemalteca en Florida (en la fotografía de portada de The 19th) está embarazada pero su esposo fue deportado. Él era el principal proveedor y conductor de la familia. Sin transporte y con recursos limitados, tuvo que depender de una clínica sin fines de lucro que le pagaba viajes en Uber para poder asistir a sus controles médicos.
Por miedo a ICE, evitaba salir de casa y enfrentó dificultades para conseguir lo más básico para el cuidado de su bebé. Finalmente, dio a luz sola, con ayuda limitada, en un hospital seguro, recuperándose sin la presencia de su esposo.
Mónica, residente de Tucson, enfrenta ansiedad similar. Aunque mantiene sus citas médicas, vive con miedo constante a encontrarse con ICE en el hospital y ha tomado precauciones para no exponerse, afectando indirectamente la experiencia de su embarazo y la de sus hijos ciudadanos.
Médicos señalan riesgos para salud materna
Profesionales de salud, como la Dra. Josie Urbina en San Francisco y la Dra. Rebecca Cohen en Denver, señalan que cada vez más pacientes posponen la atención prenatal, lo que ha llevado a un aumento de emergencias obstétricas, complicaciones no detectadas y lamentos maternos por situaciones que podrían haberse evitado con atención temprana.
Las investigaciones indican que el estrés prenatal derivado del miedo a la deportación también contribuye a partos complicados y a desenlaces adversos.
Además, informes muestran que, a pesar de directivas que limitan la detención de mujeres embarazadas, el ICE ha continuado con arrestos en distintos estados, aumentando la incertidumbre y el riesgo de las familias inmigrantes.
Organizaciones como Paradigm Doulas y el Instituto Nacional de Latinas para la Justicia Reproductiva recomiendan a las mujeres embarazadas conocer y llevar consigo las directivas de protección, además de planear redes de apoyo ante posibles detenciones.
En conjunto, la combinación de miedo, falta de transporte y recursos limitados amenaza la salud de miles de mujeres embarazadas y sus bebés, mientras los profesionales de la salud y organizaciones comunitarias luchan por garantizar que estas pacientes puedan recibir atención prenatal y posparto segura.
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