"Se oyen una historias que de verdad dan ganas de llorar. Pero en lugar de eso mejor es tratar de ayudar", dice Nelly Ruiz, guatemalteca en Oklahoma que impulsó la entrega de víveres a familias afectadas por detención de padres.
La alegría y los reencuentros que suelen marcar Halloween y Día de Acción de Gracias, este año 2025 están marcados por el temor, la soledad y la separación de familias a causa de operativos migratorios. Esposas e hijos pasan en Oklahoma pasan dificultades ante la captura de esposos y hermanos, a menudo injustificada.
Ante ese escenario desolador, un gesto solidario empezó a tomar forma casi de manera espontánea. La familia de Nelly Ruiz, migrante guatemalteca radicada en Oklahoma, decidió actuar. Ella no busca protagonismo ni nada de eso. Pero “tenía que hacer algo”, dice al ver el impacto de tantas familias quebradas emocionalmente y luchando por sostenerse con lo mínimo. “Y uno solo no puede. Así que se hace una convocatoria a la comunidad para ayudar a estas familias”.
Se entregaron canastas de víveres y todavía este Jueves de Acción de Gracias 2025 se iba a conseguir víveres para una más que pidió ayuda. Esta es la historia de un pequeño gesto que puede cambiar historias e inspirar más acciones similares.
Todo empezó en Halloween
La iniciativa comenzó modestamente en Halloween. “Hicimos una fiesta para los niños de estas familias”, cuenta Nelly. Muchos estaban tan asustados por los operativos que no se atrevían ni a salir a pedir dulces. El miedo, mezclado con la incertidumbre económica, los tenía prácticamente encerrados” relata Nelly Ruiz.
Ese día, distintas familias y negocios locales hispanos armaron puestos con juegos, dulces y actividades en The Queen Center, sitio de eventos de la familia de Ruiz.
Un colombiano que pasaba por el lugar pidió animar el evento y se encargó de dirigir concursos y repartir premios. Fue una tarde luminosa de hermandad hispana y migrante en medio de semanas tensas, relata la guatemalteca. Era el inicio de un nuevo objetivo benéfico.
Canastas familiares para Thanksgiving: solidaridad migrante en acción
Quedó claro que había muchas necesidades en las familias afectadas por operativos migratorios. Para el Día de Acción de Gracias, Nelly y familia se propusieron organizar una colecta mayor: víveres, canastas alimentarias, pavos, artículos para el hogar.
El desafío era identificar a las familias afectadas. Aunque conocían algunos casos, sabían que eran más. “No es sencillo, porque la gente tiene muchísimo miedo”, acota Nelly Ruiz. Pero a partir de convocar a la ayuda, empezaron llamadas y ofrecimientos solidarios. “Me mandaban mensajes preguntando qué necesitaba”, recuerda.
Algunos donantes entregaban directamente una canasta completa; otros donaron recursos para adquirir víveres. “Esto es algo posible gracias a la hermandad, la generosidad y la unión”, cuenta Nelly, quien ha escuchado relatos de penuria e incertidumbre de madres que deben cuidar a sus hijos y a la vez buscar formas de trabajar.
Una de las historias que más conmovió a Nelly fue la de una madre con cuatro hijos —uno de ellos con necesidades especiales— que sólo vendía comida un par de veces por semana y que había perdido también la ayuda de su cuñado detenido en el mismo operativo.
“Cuando llegó por su canasta, ella rompió en llanto. Se nos tiró a llorar y llorar. Está angustiada por sus hijos, también por su esposo. Hemos oído historias que dan ganas de llorar. Pero en lugar de eso mejor buscamos ayudar”, declara Nelly.
Muchas gracias en Día de Acción de Gracias
Hasta ahora, se ha logrado ayudar a 28 familias. Las últimas canastas se entregaron justo un día antes del Día de Acción de Gracias, pero seguían llegando llamadas de nuevas familias que necesitaban apoyo para tener una cena digna. La familia de Nelly decidió continuar; si hacía falta comprar otra comida de inmediato, lo harían este 27 de noviembre.
Algunas mujeres preferían ir a recoger la ayuda; otras, por miedo a salir, pedían que se la llevaran a su casa. La incertidumbre sigue siendo enorme. “Los alquileres han subido, los biles (recibos) de servicios se acumulan y el temor a salir a la calle persiste. Por eso en algunas canastas se incluyó algo de efectivo”. La gente dice Gracias y eso impacta en Día de Acción de Gracias.
Hay que seguir ayudadndo
Aunque la iniciativa nació de un pequeño núcleo familiar, rápidamente se convirtió en un esfuerzo colectivo en Oklahoma City. Familias guatemaltecas, mexicanas, centroamericanas e incluso hispanos de otros países se sumaron sin preguntar por nombres ni nacionalidades de beneficiarios.
Nelly insiste en que no busca reconocimiento. Lo que le mueve es evitar que el sufrimiento de estas mujeres y sus hijos pase indiferente. Quiere que más personas se unan, que vean que un acto sencillo —una canasta, un pavo, un sobre con unos dólares— puede significar una semana de alivio para una familia que lo ha perdido todo.
La colecta, que comenzó como un gesto para que los niños no sintieran miedo en Halloween, terminó convirtiéndose en un acto profundo de acompañamiento para Acción de Gracias. Y luego vendrá la meta de Navidad.
Lo más importante de esta historia es que en medio de políticas migratorias estrictas y momentos de angustia, la comunidad puede sostenerse a sí misma cuando la solidaridad se vuelve más fuerte que el miedo.
La solidaridad guatemalteca no tiene fronteras













