Las shecas de Quetzaltenango son un pan con sabor, tradición e historia desde hace décadas.
Pequeñas, redondas y aromáticas, las shecas se han convertido en un símbolo del occidente guatemalteco. Originarias de Quetzaltenango (también conocidas como “Xeca”), este pan típico se ha extendido en su producción y preferencia en municipios cercanos, como San Marcos, parte de Huehuetenango y tambien Totonicapán.
Por ejemplo ese 28 de junio se efectuará el Festival de la Sheca en San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, evento en el cual se degustará este exquisito pan y al cual todos están invitados. Este peculiar pan guatemalteco fusiona ingredientes y técnicas para ofrecer un bocado lleno de identidad.
¿Qué son y de dónde vienen?
Las shecas son panes dulces de masa suave, elaborados con harina, panela o miel, canela, anís y levadura, que les otorga ese característico aroma intenso. Su origen se remonta a la época colonial: inicialmente eran consumidas por la población indígena, elaboradas con harinas consideradas menos refinadas por los españoles. Su nombre deriva del kʼicheʼ she (sobrante) y kaʼ (piedra de moler), refiriéndose a los restos de harina usados para hacerlas.
Aunque algunos atribuyen su invención a San Pedro Sacatepéquez (San Marcos), fue en Quetzaltenango donde se incorporó el anís, dando lugar a la clásica versión local que hoy se conoce.

Historia y tradición
La historia de la sheca atraviesa siglos: de ser un pan humilde para uso local en tiempos prehispánicos y coloniales, pasó a ser motivo de reconocimiento entre ladinos y extranjeros. En el Palacio Figueroa (Xela) comenzaron a producirse versiones más claras del pan para un público más amplio.
Sabores y variaciones
La tradicional es simple, pero en panaderías locales se ofrecen hasta 22 variantes rellenas con frijol, queso crema, jalea de fresa, chocolate, higo y más. También han surgido innovadoras opciones como shecas con Nutella, ideales para quienes buscan un giro dulce y moderno.
¿Cómo se consumen?
Se suelen acompañar con chocolate caliente o café al desayuno o merienda. También se disfrutan con queso, frijol o jalea, combinaciones tradicionales que realzan su sabor neutro y versátil. A menudo se envían como recuerdo a familiares, convirtiéndose en un símbolo querible de la región.

Precios aproximados
Acompañamientos ideales

Las shecas no solo son un pan, sino un emblema de identidad regional y memoria colectiva. Con su aroma a anís, origen humilde y múltiples rellenos, se han ganado un lugar especial en las mesas, maletas y corazones de quienes aman la gastronomía guatemalteca. Ya sea simples o rellenas, acompañadas de chocolate o queso, representan un placer ancestral que sigue vigente entre quetzaltecos y visitantes.
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