El gentilicio popular "chapín" se configuró en el siglo 19 y se extendió en el 20: costumbre, literatura, humor y hasta cierto tipo de zapato se cruzan en sus orígenes. Hoy por hoy, alude a guatemaltecos, dentro y fuera del país.
La palabra «chapín», singular o chapines, plural, ya existía siglos antes de que aludiera a los guatemaltecos. Pero vamos al momento en el cual se le anota como un gentilicio, es decir como un sustantivo de origen.
En 1861 ya se utilizaba el término chapín para definir a los guatemaltecos, sobre todo capitalinos. Y la constancia de tal uso está en que el escritor José Milla y Vidaurre había incluido dentro de sus Cuadros de Costumbres una detallada descripción de la idiosincracia del «chapín».
¿La ha leído? Aquí están algunos fragmentos del texto de Milla que podrían estar hablando de un chapín actual, más de siglo y medio después. Quizá si ud es chapín o chapina, se identifique en algo…
"El verdadero chapín....
….ama a su patria ardientemente, entendiendo con frecuencia por patria la capital donde ha nacido; y está tan adherido a ella, como la tortuga al carapacho que la cubre. Para él, Guatemala es mejor que París; no cambiaría el chocolate, por el té ni por el café —en lo cual tal vez tiene razón—. Le gustan más los tamales que el volován, y prefiere un plato de pepián al más suculento roastbeef…
… se extasía viendo arder castillos de pólvora; cree que los pañetes de Quetzaltenango y los brichos de Totonicapán pueden competir con los mejores paños franceses y con los galones españoles; y en cuanto a música, no cambiaría los sonecitos de Pascua por todas las óperas de Verdi. Habla un castellano antiquísimo: vos, habís, tené, andá; y su conversación está salpicada de provincialismos, algunos de ellos tan expresivos como pintorescos».
Personaje imaginario: Juan Chapín
Trece años después, en 1874, el mismo escritor, novelista e historiador José Milla concretó muchas de esas características en un personaje de ficción al que llamó Juan Chapín.
En realidad era una especie de «otro yo» con quien el autor platica y comenta la vida y costumbres en Europa, de una manera divertida, crítica y también autocrítica. A la fecha existe la avenida Juan Chapín, cerca del famoso Cerro del Carmen. Fue construida hacia la década 1940 como parte del crecimiento de la ciudad, pero su nombre ayudó a popularizar aún más el término.
Sigue la descripción del chapín
«Es novelero y se alucina con facilidad, pero pasadas las primeras impresiones su buen juicio natural analiza y discute, y si encuentra, como sucede con frecuencia, que rindió el homenaje de su fácil admiración a un objeto poco digno, le vuelve la espalda sin ceremonia y se venga de su propia ligereza en el que ha sido su ídolo de ayer».
«Es apático y costumbrero; no concurre a las citas, y si lo hace, es siempre tarde; se ocupa de los negocios ajenos un poco más de lo que fuera necesario y tiene una asombrosa facilidad para encontrar el lado ridículo a los hombres y a las cosas”.
¿El chapín era un zapato? Sí
El chapín era un tipo de calzado con suela de plataforma, de madera o de corcho de unos cuatro dedos de altura que era utilizado sobre todo por las mujeres desde el siglo XVI. Su origen pudo ser turco, se introdujo en Venecia y de allí se distribuyó por toda Europa.
Su uso tenía una explicación lógica: debido al lodo en las calles, ayudaba a no mancharse la ropa a los personajes de alta jerarquía. El sonido que hacían al caminar (chap, chap, chap) pudo ser lo que generó el término en español.
El historiador Francis Gall rastró el origen del término chapín hasta los monarcas españoles. Cuando una reina se iba a casar se efectuaba una colecta (obligatoria) para comprarle sus «chapines», obviamente de lujo. Tal impuesto era llamado «chapin de la reina».
El propio Don Quijote de la Mancha (del novelista Miguel de Cervantes, siglo XVI) también los mencionaba al referirse a impuestos. «Qué caballero andante…pagó pecho, alcabala o chapín de la reina», decía.
En efecto, según el escritor Francisco Pérez de Antón, cita que a 30 kilómetros de Madrid, España existe un pueblo llamado Chapinería, que en siglos pasados era especializado en fabricar dicho calzado. En Colombia existe un pueblo llamado Chapinero, fundado por un zapatero español.
¿Y entonces como se volvió sinónimo de guatemaltecos?
En la época colonial, los españoles lucían como parte de su indumentaria los famosos «chapines». El término les era aplicado de manera despectiva por el resto de habitantes, sobre todo de las otras provincias de Centro América.
Después de la independencia, la palabra de alguna forma comenzó a cambiar de sentido. El ser «chapín» empezó a ser un distintivo, ya sea por haber tenido ancestros peninsulares, o por ser de la antigua capital del Reino.
El mestizaje, la agitación posindependentista, el crecimiento de la capital de Guatemala, el habla popular y la propia migración interna condujeron en la transformación del chapín en un gentilicio popular cuyo alcance se fue ampliando con la migración al exterior hasta ser un sinónimo de guatemalteco.
¿Es usted de Guatemala? Lea esta descripción y piense si ses identifica...
«(El Chapín) Es novelero y se alucina con facilidad, pero pasadas las primeras impresiones su buen juicio natural analiza y discute, y si encuentra, como sucede con frecuencia, que rindió el homenaje de su fácil admiración a un objeto poco digno, le vuelve la espalda sin ceremonia y se venga de su propia ligereza en el que ha sido su ídolo de ayer».
«Es apático y costumbrero; no concurre a las citas, y si lo hace, es siempre tarde; se ocupa de los negocios ajenos un poco más de lo que fuera necesario y tiene una asombrosa facilidad para encontrar el lado ridículo a los hombres y a las cosas”.
José Milla y Vidaurre, 1875.