Desde la época precolombina hasta nuestra actualidad, repasamos la historia y algunos datos curiosos de uno de los snacks más populares y uno de los más antiguos, los poporopos.
“Poporopos”, “palomitas de maíz”, “pop corn”, “pipocas”, “cabritas de maíz”, entre otros, son algunos de los nombres que se le dan a este tradicional snack.
Los poporopos son los fieles amigos a la hora de ver una película, compartir un momento con personas conocidas y disfrutar de esta chuchería muy antigua.
Su preparación es tan fácil que ahora venden bolsas listas para meterlas en el microondas y hacer esta deliciosa refacción.
De este snack hay para todos los gustos, quienes los quieren dulce caramelizado y también los que lo prefieren salado.
La historia del poporopo
La evidencia arqueológica demuestra que el consumo de poporopo podría ser muy antiguo. Los investigadores sostienen que en las culturas precolombinas de América el maíz también se consumía. Según pruebas fósiles encontradas tanto en México como en Guatemala, este alimento ya se preparaba en el año 4.700 a.C.
En el caso de Guatemala, una de las culturas que producía poporopos era la maya, y a los granos reventados de maíz los llamaban “momochtli”.
¿Cómo se preparaba el poporopo?
Colocaban maíz en ollas de barro muy calientes o ponían los granos sobre ceniza ardiente.
Cuando los españoles invadieron América en 1519, vieron por primera vez los poporopos.
Los mayas utilizaban las palomitas de maíz en los rituales como ornamento en tocados ceremoniales, collares y otros adornos en las estatuas de sus dioses.
El pop corn y la época moderna
El padre del poporopo en la industria fue Charles Cretors, un norteamericano nacido en Illinois. Fue quien inventó la moderna máquina carrito palomitera para producirlo.
En 1893 se le concedió la patente por su invención y, ese mismo año, la llevó a la Exposición Universal de Chicago.
La costumbre de comer poporopos en los cines se puso de moda en Estados Unidos entre 1929 y 1933 al iniciarse la época de la Gran Depresión.
En ese entonces, las familias norteamericanas buscaban refugio y distracción en las salas de cine.
El cine había dejado de ser accesible solamente para la clase alta norteamericana y, poco a poco, había abierto sus puertas a la clase media trabajadora. Si bien no estaba la costumbre de comer durante las funciones, con el cambio del público surgió la necesidad de poder consumir algo durante la función.
Fue en este contexto cuando, en 1931, Julia Braden, una mujer proveniente de Kansas City, consiguió autorización para poner un puesto con una máquina palomitera en el hall de uno de los cines más concurridos del momento en Estados Unidos, el “Linwood Theater”. El éxito fue total y muy pronto la idea se replicó en otros puntos del país.
Sin embargo, la idea original surgió de la propia cuna del maíz, en Mesoamérica. Así que la próxima vez que comas poporopos, recuerda que estás disfrutando un snack milenario.
Estos son sus aportes nutricionales
Pese a que su consumo es considerado por muchos como golosina, el poporopo es un alimento rico en fibras y bajo en calorías.
Anteriormente, una porción de poporopo de 100 gramos aportaba unas 500 calorías. En la actualidad ese valor se redujo a 350 calorías y su contenido total de grasas adicionadas se encuentra entre el 19% y el 27%, aunque algunas empresas lograron eliminar por completo el tenor graso.
El 19 de enero se celebra el día mundial del poporopo o palomita de maíz.