En el reciente mes patrio 2025 los migrantes guatemaltecos enviaron US$2,106 millones de dólares en remesas. En agosto 2024 fueron US$1,724 millones. ¿Cuál es el total? ¿Cuál es el promedio diario, semanal y mensual?
Entre enero y septiembre de 2025, los migrantes guatemaltecos han enviado a sus familias y comunidades un promedio de US$69 millones de dólares diarios en remesas. El promedio diario de 2024 fue de US$58 millones. Esto es un reflejo de su convicción de afecto, dedicación y responsabilidad, pero también de la incierta situación de detenciones y deportaciones que muchos connacionales afrontan en Estados Unidos
En el mes patrio, septiembre de 2025, los migrantes guatemaltecos enviaron US$2106 millones. Para un total de US$18,968 millones de dólares en nueve meses. Cuando aún faltan tres meses del año, el envío de remesas ya superó el total de 2022, que fue de US$18,040 millones.
El monto de remesas migrantes enviadas de enero a septiembre de 2025 equivalen unos 145 mil 100 millones de quetzales, a un tipo de cambio de 7.65 x 1.
Promedios históricos
En las 39 semanas del año 2025, hasta el 30 de septiembre, el promedio semanal de envíos es de US$469 millones. Y en esa misma línea, el promedio mensual es de US$2,108 millones.
Esto representa un incremento histórico sin precedentes y que sin duda alguna también refleja un espíritu de previsión de los migrantes, sobre todo aquellos que están en un estatus de indocumentados, para poder disponer de algunos recursos en caso de un eventual retorno obligado.
Remesas deben impulsar el desarrollo
El Estudio de Movilidad Humana en Guatemala, presentado en 2022 por la cooperación japonesa, JICA, analiza un lado aún poco estudiado y aprovechado de las remesas migrantes: aquellas dedicadas a asociaciones o grupos comunitarios para impulsar algunos proyectos de desarrollo. Un buen ejemplo de esto es la historia de Fredy López, migrante guatemalteco que apoya a la niñez en su natal Gualán, Zacapa.
Es decir, además de las transferencias familiares tradicionales, existen envíos colectivos surgidos de asociaciones comunitarias, grupos religiosos, ferias, ventas de productos o colectas solidarias. Estas remesas no están destinadas a la manutención inmediata, sino a proyectos sociales, educativos, de infraestructura comunitaria o apoyo en emergencias.
El investigador mexicano Rodolfo García Zamora subraya que el reto está en convertir esas transferencias en inversiones productivas y sostenibles, mediante capacitación, apoyo institucional y marcos normativos que faciliten su impacto a largo plazo.
Acciones sugeridas por estudio de remesas
El estudio señala que este aporte colectivo puede ser clave para impulsar un mayor desarrollo en las comunidades de origen para, incluso, poder posibilitar un retorno de migrantes. Sin embargo, hay varios desafíos:
Débil organización de los migrantes en EE. UU. y falta de oficinas o contrapartes de enlace en Guatemala.
Escasa respuesta institucional: instancias como CONAMIGUA y los consulados han fallado como interlocutores efectivos para crear “comunidades espejo” en Guatemala. Muchos migrantes de ciertos municipios se concentran en ciertas ciudades de EE.UU. y podrían hermanar esfuerzos y solidaridad entre ambas comunidades.
Poca articulación con el sector empresarial guatemalteco en EE. UU., a pesar de su potencial inversor. Ello debido a la centralización económica del país en el área metropolitana.
El estudio plantea, vincular asociaciones migrantes con cooperativas locales, que ya manejan remesas y cuentan con legitimidad comunitaria.
Reconocer al empresariado migrante en EE. UU. y generar condiciones de inversión en sus comunidades, ya sea para crear emprendimientos, para impulsar proyectos de desarrollo ecoturístico, artesanal o cultural.
Que el Estado y los gobiernos locales fomenten la formación organizacional de migrantes para que sus aportes pasen de apoyos humanitarios a estructuras productivas y sociales sostenibles.
Perspectivas del tema remesas migrantes













