Migrante guatemalteco, psicólogo y documentalista viajó más de ocho horas desde Chattanooga, Tennessee junto con su familia para estar en el partido de la Selección azul y blanco frente a USA en San Luis Misuri
Salió junto a su familia desde un día antes, desde Chattanooga, Tennessee, donde vive para poder estar listos y a tiempo de ir al juego semifinal de Copa Oro. Se quedaron en casa de amigos en Misuri.
“Ya tenemos listas nuestras camisolas de la selección, el entusiasmo y las ganas de gritar ¡Guatemala!”, cuenta Pablo Mazariegos, educador, psicólogo y documentalista, originario de Quetzaltenango y quien llegó de adolescente a Estados Unidos. Actualmente trabaja en producción audiovisual de documentales, tal como se relató en su historia publicada en SoyMigrante.com

“En Chattanooga hay muchos guatemaltecos, la Chapinlandia es grande en Tennessee y por eso me emociona mucho ir a ver el juego. Me emociona especialmente ver la ilusión de mi hijo Luca, que nació en Estados Unidos pero siente ese orgullo de la patria del Quetzal”, cuenta.
“Luca está emocionado: hemos visto los partidos, hemos pasado los nervios, gritamos los goles y pienso que no hay guatemalteco en Estados Unidos que no se disfrute lo que está pasando: nuestro país tiene potencial de triunfo y vamos por más”, expresa Pablo.

Poderoso sentimiento de identidad y hermandad
Pablo es ciudadano de Estados Unidos y sabe de la situación migratoria imperante. Pero eso mismo le impresiona de los guatemaltecos, que han abarrotado los estadios de la Copa Oro. “Hay partidos con los graderíos vacíos. Pero cuando juega Guatemala, se llenan: los comentaristas deportivos, incluso en inglés, lo dicen. Se sorprenden por el entusiasmo y la cantidad”.
“El otro punto son las distancias: los guatemaltecos hacen largos viajes desde otros Estados para ir a estos partidos. Hacen un gran esfuerzo y me recuerda cuando yo era patojo y mi papá nos llevaba caminando desde Sibilia hasta Quetzaltenango para ir a un partido. Y aquí, la gente viaja para conectarse con su país. Y quien no puede viajar, el partido está encendido en cocinas, fábricas, tiendas de guatemaltecos en Estados Unidos”.
Pablo y su familia planean estar a buena hora en el estadio Energizer de San Luis Misuri para poder buscar su asiento y disponerse a ver la victoria. “¡Vamos a ser campeones!”, exclama como despedida.
Copa Oro unifica grandes sueños
