¡Ah, los consejos de mi padre...! Así exclama una persona, quizá un migrante, al recordar las enseñanzas, las advertencias y también los avisos de una voz que ya aprendió a través de la experiencia. Estos son algunos....
Sí los papás aconsejan cuando les preguntas y a veces sin que se lo preguntes. Tienen la palabra justa, la respuesta sincera y la intención limpia, para tratar de visualizar un mejor futuro para su hijo, para su hija.
Han aprendido de los aciertos y a veces de los errores de la vida, pero están aquí para contarlo. Y cuando ya no están, esos dichos, esas palabras, esas historias de duras experiencias o gratas vivencias multiplican la enseñanza en el tiempo….
"Cuidado, en esta vida no hay amigos"
Para la persona joven esto puede sonar pesimista, desolador y hasta exagerado. Pero quien lo dice es por algo. Y poco a poco en el camino se va descubriendo la realidad de esta expresión.
No es un consejo para no tener amigos ni para desconfiar sistemáticamente. Simplemente, cada persona tiene su camino y por allí encontrará quizá algun amigo verdaderamente sincero, que ayuda en buenas y malas, tal vez dos. Pero aún así, la vida sigue siendo una prueba personal, de decisiones tomadas por uno mismo y las cuales no puedes endosar ni dejar a nadie más.
"Despacio para ir de prisa"
Este consejo no es una justificación para la tardanza o la impuntualidad. Nada más lejos de eso. Al contrario, es dedicar a las cosas el tiempo necesario para poder hacerlas bien.
La anécdota de esta frase, es atribuida a Napoleón Bonaparte, el emperador francés que se alistaba para ir a una batalla. Quien le ayudaba a surcir un botón estaba muy nervioso y se pinchaba el dedo, no acertaba la aguja. Tenía miedo que el jefe lo regañara. Hasta que este le dijo: «Despacio, despacio, que voy de prisa».
Entonces, para todo propósito, desde una tarea escolar hasta un compromiso de trabajo, se debe hacer bien, siguiendo los pasos necesarios, con una planificación adecuada y el cuidado de cada detalle. Tiene razón el viejo.
"Llegá 10 minutos antes, mejor si 20"
La puntualidad es un arte, una disciplina pero sobre todo una decisión. Por eso los papás siempre empiezan a arreglarse para acudir a una cita o atender a una persona con la suficiente anticipación. A veces parece exagerado el tiempo antes, pero a final de cuentas el mismo tiempo les da la razón.
Incluso en tiempos digitales, en que estamos rodeados de relojes y agendas electrónicas, la puntualidad depende de la actitud personal. Y lo mismo cabe decir cuando se adquiere un compromiso de entregar un documento, un trabajo o una cita en un lugar. ¡Llegá 10 minutos antes o mejor no llegués!, dicen otros aún más exigentes.
"Cuida tu trabajo, es tu nombre"
Hay personas que hacen el trabajo como caiga, como salga, con una mala cultura del mínimo posible, solo por «cumplir». Ya se trate de un oficio, una artesanía, una profesión o un puesto bajo salario, los papás de bien siempre aconsejarán: «No hagás nada a medias. si lo hacés a medias mejor no lo hagás». Se parece al consejo del tiempo, pero traducido en acciones.
En el fondo, el concepto de excelencia e integridad se encuentra tejido en este consejo. Una persona que destaca por su puntualidad, desempeño y resultados no solo es un trabajador: es una marca valiosa con nombre y apellido.
"Piensa lo que vas a decir"
Si alguien no entiende este consejo, cabría preguntarle: ¿Recuerdas la última vez que dijiste algo sin pensarlo, sin meditarlo, como una reacción quizá de enojo? ¿Cuál fue el resultado?
Pero esta palabra no solo sirve para el manejo de emociones, sino también para no adquirir compromisos que no se puedan cumplir. No a todo compromiso se puede decir que sí, sobre todo de trabajo. Hay que pensar en las propias limitaciones y saberes a fin de opinar con acierto en determinadas situaciones.
Si no piensas antes lo que vas a decir, es posible que te vayas a quedar pensando después si debiste decirlo.
"Calma, también hay que vivir "
Los papás pueden ser exigentes y a veces hasta duros en la forma de demandar resultados. Pero en esa misma forma, también tienen un lado de niño dentro, el cual les hace disfrutar del jugueteo con una mascota, de mirar un partido de futbol o compartir el tiempo libre ante un paisaje hermoso.
Este consejo no aplica solo para el ocio, pues en situaciones complicadas, en coyunturas difíciles, en momentos en que la solución parece distante… mantener la calma puede ser la primera medida inteligente para encontrar una salida.
"Nunca olvides cuánto te quiero"
Por patrones culturales o simple rutina, a veces los papás no expresan con frecuencia el afecto a sus hijos. Pero hay que saber observar sus acciones, sus esfuerzos, su trabajo por largas horas.
Ese nunca olvidar puede acallar muchos temores y apagar complejos. Quizá para encender la motivación de esa frase es necesario que el hijo o hija, con nuevas ideas y menos condicionamientos que la generación anterior, le diga primero: