Las Ruinas de la Recolección son los restos de una de las iglesias más emblemáticas de Antigua Guatemala.
Entre empedrados, fachadas coloniales y volcanes que rodean la ciudad, se alzan en silencio los restos de uno de los conjuntos arquitectónicos más enigmáticos y poderosos de la época colonial: Las Ruinas del Convento de La Recolección. Aunque menos visitadas que otros puntos emblemáticos de Antigua, estas ruinas guardan siglos de historia, misterio y belleza arquitectónica que vale la pena conocer.
Una joya del siglo XVIII
La Recolección fue un convento fundado en 1701 por la orden de los Recoletos, una rama de los franciscanos. Su construcción terminó en 1708, y en su momento albergó a religiosos dedicados a la enseñanza, la oración y la vida austera. El complejo incluía iglesia, convento, biblioteca y claustros, convirtiéndose rápidamente en uno de los sitios más importantes de la Antigua Guatemala, entonces capital del Reino de Guatemala.
Sin embargo, la historia fue golpeada por la naturaleza. Terremotos como los de 1717, 1751 y especialmente el de 1773, conocido como los Terremotos de Santa Marta, provocaron daños irreparables. A partir de entonces, La Recolección fue abandonada y permaneció en ruinas, lo que paradójicamente la ha convertido en un lugar fascinante por su estado de conservación parcial.

¿Qué se puede ver hoy?
¿Sirve para eventos?
Sí, aunque de forma limitada y con ciertas condiciones. Las Ruinas de La Recolección están abiertas al público y administradas por el Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala. Algunas de sus áreas han sido acondicionadas para eventos culturales, filmaciones, conciertos íntimos y actividades académicas.
El lugar ha servido como escenario para recitales de música clásica, presentaciones teatrales y filmaciones de documentales, aprovechando su atmósfera única. No se permite el uso comercial sin autorización, y el sitio cuenta con normas estrictas para conservar su integridad estructural.
Bodas y eventos sociales no están autorizados en su interior, por respeto a su carácter patrimonial y religioso, aunque sí es posible realizar sesiones fotográficas bajo permiso previo.

¿Qué se debe saber antes de visitarla?
Un sitio para reflexionar
Las Ruinas de La Recolección no solo son una postal histórica, sino un espacio para reflexionar sobre la fragilidad del tiempo, la fuerza de la naturaleza y el legado colonial que aún respira entre piedras rotas.
Mientras Antigua se llena de turistas que buscan restaurantes, cafés o fiestas, La Recolección ofrece un espacio más sereno, donde la historia habla desde el silencio. Un lugar que no solo se visita, sino que se siente.
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