Devotos de la Fraternidad del Señor de Esquipulas de la Iglesia Santa Cecilia de Los Angeles impulsan visita de Cristo peregrino a las casas de familias guatemaltecas e hispanas.
Lejos de la tierra natal pero con la misma fe de un grano de mostaza que los une con su tierra, hogares guatemaltecos e hispanos reciben la visita del Cristo peregrino, réplica del Señor de Esquipulas, el Cristo Mojado o Cristo Migrante: un recorrido impulsado por la Fraternidad del Cristo de Esquipulas de la parroquia Santa Cecilia de Los Angeles California.
Las circunstancias varían pero no la devoción. “Llevamos a nuestro Cristo Peregrino a las casas a pedido de las familias. A veces por alguna necesidad, por alguna pérdida, por motivos de salud de algun familiar”, cuenta Pedro Ramírez, encargado de comunicación de la Fraternidad. Si desea solicitar información sobre cómo recibirlo en su hogar en el área de Los Angeles, clic aquí.
Un momento de paz espiritual
Es muy significativo el acto de traslado y entrega, porque evoca hermandad, unión en la fe y también en las raíces culturales. Una familia que ya ha recibido al Cristo Peregrino y lo ha tenido en su casa por varios días, lo lleva a otra que lo ha solicitado. Es una pequeña procesión ceremonial.
“El diácono Félix Rax es el encargado de hacer una breve oración y también una lectura bíblica del Evangelio del Domingo. Todos rezamos juntos por la paz y por las necesidades de la comunidad”, agrega Ramírez.
Toda familia puede recibir al Cristo Peregrino
“Podemos llevar al Cristo a cualquier ciudad alrededor de Los Angeles California. La persona se comunica con nosotros a través de mensaje por Facebook al perfil de la Fraternidad o por whatsapp nos mandan un mensaje al (310) 936-1139. El único requisito es que asistan alguna vez a la entrega del Cristo a una familia, para que tengan idea de como se hace la recepción en fe y oración”, explica Pedro Ramírez.
No es necesario que la familia que reciba al Cristo peregrino efectúe un festejo grande para la recepción, pero sí que tenga un espacio de altar digno para que la imagen quede a resguardo y también a la veneración de quienes deseen acudir a verla en el vecinario. “Pero con la alegría de su llegada, las familias a menudo dan un pequeño refrigerio al finalizar el rezo”, cuenta Ramírez.
Fe sin fronteras:
Toda familia guatemalteca e hispana puede pedir al Cristo peregrino en su casa. Así se programa una fecha para llevarlo. “Una vez al año llevamos a nuestro Cristo peregrino a la ciudad de Concord, California, cerca de San Francisco”, añade Ramírez.
“Allí en Condord hay una comunidad grande de migrantes originarias de Guerrero, Mexico que tienen una gran fe en el Sen̈or de Esquipulas desde hace muchos años. Se queda allí por unos 30 días. A diario va de cada en casa, con 30 familias, pero todos acompañan. Y después ellos lo traen de regreso”.
En efecto, la devoción al Santo Cristo de Esquipulas, Chiquimula, no tiene fronteras e incluso se le venera en templos de Estados Unidos.
Una devoción que alimenta el alma
