El Día de Acción de Gracias, una de las festividades más arraigadas en la cultura estadounidense, tiene sus orígenes en el siglo XVII y ahora los migrantes se adaptan a las nuevas costumbres.
La tradición del Día de Acción de Gracias, se remonta a 1621, cuando los peregrinos ingleses que llegaron a Plymouth, Massachusetts, celebraron una cosecha exitosa junto a los nativos Wampanoag. Este evento simbolizaba la gratitud por la abundancia y la cooperación entre ambos grupos en un momento en que la supervivencia dependía del apoyo mutuo.
Con el tiempo, el Día de Acción de Gracias fue evolucionando y, en 1863, durante la Guerra Civil, el presidente Abraham Lincoln lo proclamó como un día de fiesta nacional, destinado a unir a una nación dividida. Hoy en día, el último jueves de noviembre marca una celebración anual que gira en torno a la familia, la gratitud y, por supuesto, la comida, con el pavo como protagonista.
La adaptación de los guatemaltecos migrantes
Para las nuevas generaciones de guatemaltecos migrantes en Estados Unidos, el Día de Acción de Gracias puede representar un desafío de identidad cultural. Mientras tratan de mantener vivas sus tradiciones guatemaltecas, como el Día de Todos los Santos o la Semana Santa, se ven inmersos en un entorno que celebra festividades que pueden parecer ajenas.
Sin embargo, muchos guatemaltecos, especialmente aquellos que han nacido o crecido en Estados Unidos, encuentran maneras de adaptar esta celebración a sus propias costumbres.
Las reuniones familiares para el Día de Acción de Gracias a menudo se convierten en una mezcla de lo tradicional estadounidense y lo guatemalteco. Junto al pavo, no es raro encontrar platillos como tamales, fiambre, o frijoles negros, según Daniela Pojoc, una migrante guatemalteca en Chicago.
Esta fusión de sabores refleja la dualidad cultural que experimentan estas generaciones: una vida cotidiana en un país que ofrece nuevas oportunidades, mientras conservan el amor por sus raíces.
Una nueva tradición en la comunidad
Para muchos jóvenes guatemaltecos, el Día de Acción de Gracias también ofrece una oportunidad de reflexionar sobre el sacrificio y el esfuerzo que sus familias han hecho al migrar a Estados Unidos. A través de esta celebración, no solo muestran gratitud por la estabilidad y las oportunidades que han encontrado, sino también por el legado de trabajo duro que les han transmitido sus padres y abuelos.
Además, para aquellos guatemaltecos que llevan pocos años en Estados Unidos, el Día de Acción de Gracias puede ser un punto de inflexión en su proceso de adaptación. Algunos migrantes expresan que, al principio, era una festividad que no comprendían del todo, pero con el paso del tiempo, encuentran en ella un motivo de unión con sus nuevas comunidades, ya sea participando en actividades de caridad o compartiendo una comida con amigos y vecinos de diferentes orígenes.
Un futuro con dos raíces
La experiencia de las nuevas generaciones de guatemaltecos migrantes en Estados Unidos es un reflejo de cómo las tradiciones pueden evolucionar y enriquecerse en un contexto de diversidad cultural. El Día de Acción de Gracias, para ellos, no es solo una festividad estadounidense, sino una oportunidad para mezclar lo mejor de dos mundos: el agradecimiento por lo que tienen y el orgullo de quiénes son.
En un país en el que las migraciones están transformando la identidad nacional, los guatemaltecos, como muchos otros grupos migrantes, están redefiniendo lo que significa ser parte de la sociedad estadounidense, adaptando las costumbres a sus propias historias y creando nuevas tradiciones que honran tanto su pasado como su futuro.