En la Semana Mayor existen sabores muy guatemaltecos que acompañan los días de calor y devoción, tanto en las ciudades como en los pueblos. Muchos migrantes los llevan en la memoria y el corazón.
La Cuaresma y Semana Santa en Guatemala exhiben a propios y extraños la rica gastronomía vinculada a la dimensión sacra de la época y atraen la añoranza de las comunidades de migrantes guatemaltecos en EE. UU., y el mundo por degustar de un recado con pescado seco, molletes o jocotes en miel o refrescarse con agua de chilacayote o de súchiles.
“La gastronomía constituye un punto importante, ya que no sólo es considerada como el acto cotidiano de comer, sino que refleja elementos que caracterizan e identifican con sello propio las manifestaciones culturales. La tradición culinaria se encuentra estrechamente relacionada con un sistema previamente establecido de valores, ya que el comer forma parte sustancial de la identidad no solo de un individuo sino también de un pueblo o comunidad”, describe Ericka Sagastume, investigadora del Centro de Estudios de las Culturas de Guatemala.
Estos son algunos antojitos guatemaltecos clásicos que han pasado de generación en generación.
Pan de yemas
La tradición de elaborar pan de yemas en casa, encargarlo a un panadero o panadería va ligado a la tradición de Semana Santa. Testimonios de familias de diferentes regiones del país coinciden en que el pan debe estar listo el Miércoles Santo para no trabajar durante el Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado de Gloria que son los días de guardar, según la iglesia católica.
Pan de mujer o de rancho
Este tipo de pan se prepara regiones del oriente y comunidades xincas. El origen del nombre es porque la receta no lleva huevos, al menos esa es la versión más popular. Es un pan artesanal, tiene una consistencia blanda, se barniza con un jarabe de azúcar y puede tener diferentes rellenos, el original está relleno de piloncillo.
Quesadillas o pan de arroz
Este pan es popular en el oriente de Guatemala. Las quesadillas de Zacapa son las más conocidas. La base de este postre es la harina de arroz y queso, aunque la receta cambia de acuerdo con el lugar donde se prepara.
Molletes y torrejas
Dentro de la gastronomía guatemalteca y de la temporada están los molletes y torrejas. El mollete es el pan partido a la mitad relleno de manjar y remojado en miel. La torreja es solo el pan de huevo envueltas en huevo y remojadas en miel o agua de panela, por su dulzura estos manjares pueden no gustarles a muchas personas.
Garbanzos en miel
Esta legumbre se preparada con canela, azúcar, piña, camote, entre otros ingredientes y frutas de la temporada, es un postre infaltable en las mesas de los guatemaltecos, por tradición se degusta el Domingo de Resurrección. Este dulce tiene su origen en Europa, se popularizó en la época colonial en Guatemala.
Encurtido de verduras
El encurtido es una técnica para conserva el sabor de los alimentos, incluso mejorarlos. En Guatemala es común conservar frutas y verduras a base de esa técnica. El método no ha cambiado, se usa vinagre y sal, en el país se agregan hojas aromáticas y pimienta. Si le gusta el picante, puede agregare el tradicional chile jalapeño en rodajas.
Pescado al gusto
El pescado, así como el pan de yemas están ligados a la tradición religiosa de la Cuaresma y Semana Santa. De acuerdo con el historiador Celso Lara, el consumo del pescado seco en Guatemala se popularizó en la época colonial. El consumo del pescado surgió por la tradición católica que exige no comer carne de ningún tipo de animal durante los días los días santos a excepción del pescado que para su conservación en aquella época era preferible aplicar la técnica europea de secarlo al sol. El pescado seco, normalmente bacalao, se prepara en diferentes platillos.
Refresco de Súchiles
El infaltable refresco de Súchiles también forma parte de la gastronomía de la Semana Santa. La preparación incluye maíz amarillo tostado, cáscara de piña y cebada, se endulzada con panela, también lleva anís, pimienta gorda, jengibre y cordoncillo. Algunas personas incluyen tamarindo y otras frutas que le dan otro sabor.
Refresco de chilacayote
Al chilacayote se le considera una fruta. Su nombre proviene del náhuatl tzilacayotli, que significa calabaza. El agua de esa fruta es una bebida antigua, se cree que se originó en la época prehispánica, en México, y los tlaxcaltecas que acompañaban a Pedro de Alvarado durante la conquista trajeron la receta de su preparación. En su elaboración se utiliza, canela, piña, piloncillo y la ralladura de limón.