Los cafés de Guatemala son conocidos por su sabor y olor, pero también por su calidad, aunque hay otras variedades que debes conocer.

En Guatemala, el café es parte esencial de la cultura, pero no todas las bebidas llamadas “café” provienen del grano de café.

A lo largo de los años, han surgido alternativas elaboradas con ingredientes locales, muchas de ellas por necesidad y otras como parte de la tradición.

Café sin cafeína – SoyMigrante.com REVISTA
Café sin cafeína

Entre estas destacan el café de cereales y el café de tortilla quemada, bebidas que han acompañado a generaciones de guatemaltecos y que aún hoy se siguen consumiendo.

Café de cereales: el sustituto con historia

El café de cereales es una bebida elaborada a partir de maíz, trigo, cebada o incluso arroz tostado y molido.

Su origen se remonta a épocas en las que el café era un lujo inalcanzable para muchas familias, especialmente en el área rural.

Para sustituirlo, se comenzaron a tostar y moler cereales, logrando un sabor similar al café tradicional, aunque sin cafeína.

Para prepararlo, los cereales tostados se hierven en agua y, en algunos casos, se endulzan con azúcar o panela.

Su sabor es suave, con un ligero toque ahumado y terroso. Aunque en la actualidad el café es más accesible, muchas personas siguen prefiriendo esta versión por su sabor nostálgico y porque es una opción libre de cafeína.

Café de tortilla quemada: ingenio y tradición

Otro sustituto popular del café en Guatemala es el café de tortilla quemada. Esta bebida se elabora a partir de tortillas de maíz quemadas y molidas, que al hervirse en agua caliente producen un líquido oscuro con un aroma similar al café.

Su origen se asocia con tiempos de escasez, en los que las familias guatemaltecas buscaban alternativas accesibles para tener una bebida caliente en las mañanas. Aunque su sabor es más amargo y con notas ahumadas, muchas personas lo disfrutan como parte de su herencia culinaria.

Más allá de la escasez: una bebida saludable y con identidad

Aunque estos “cafés” nacieron como alternativas económicas, o para evitar la cafeína, con el tiempo se han convertido en parte de la tradición guatemalteca. Además, en los últimos años han sido revalorizados por su carácter natural y libre de cafeína, lo que los hace una opción atractiva para quienes buscan reducir su consumo de estimulantes.

En mercados y hogares guatemaltecos aún es posible encontrar estas preparaciones, muchas veces acompañadas de pan dulce o tamalitos.

Son un recordatorio del ingenio de generaciones pasadas y de cómo, con creatividad y tradición, se pueden transformar ingredientes simples en bebidas con historia y significado.

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Marysabel Aldana Periodista, SoyMigrante.com REVISTA
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.