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¿Adicción a los videojuegos? Tips para identificar y tratar

La adicción a los videojuegos ahora es una realidad de miles de personas, la pandemia de Coronavirus aumentó este trastorno.

Lo que en principio es una forma de entretenimiento y socialización para millones de jóvenes y adultos en todo el mundo, puede transformarse en un problema de salud mental cuando los videojuegos dominan la rutina diaria. La adicción a los videojuegos es una realidad creciente que ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2018 como un trastorno del comportamiento.

Cuando jugar deja de ser divertido

Los videojuegos por sí solos no son negativos. Al contrario, muchos estudios destacan sus beneficios en el desarrollo cognitivo, la coordinación motriz, el aprendizaje de idiomas y la toma de decisiones. Sin embargo, cuando el tiempo de juego supera las seis u ocho horas diarias, interfiere con la vida escolar, laboral, familiar o social, pueden ser señales claras de una adicción.

Los videojuegos generan dopamina, una sustancia ligada al placer. Por eso, el cerebro busca repetir la experiencia, sobre todo en adolescentes que todavía están formando su autocontrol”, explica la psicóloga clínica, Ana Lucrecia Morales, experta en adicciones conductuales.

¿Qué es la adicción a los videojuegos?

Según la OMS, se considera que una persona tiene trastorno por uso de videojuegos cuando:
•No puede controlar el inicio, frecuencia o duración del juego.
•El juego tiene prioridad sobre otras actividades importantes.
•Continúa jugando a pesar de las consecuencias negativas en su vida.
 

Casos en aumento

Especialistas en salud mental advierten que la pandemia de COVID-19 y el aumento del acceso a dispositivos móviles aceleraron los casos de dependencia tecnológica. En países como Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, los centros de rehabilitación digital han aumentado.

En América Latina, aún hay poca infraestructura médica especializada, pero cada vez más familias reportan problemas de dependencia. En Guatemala, se han dado a conocer casos en los que adolescentes abandonan estudios, se aíslan socialmente o incluso desarrollan insomnio severo por jugar de madrugada.

¿Qué se puede hacer?

1. Reconocer el problema

El primer paso es dejar de minimizar el impacto. Si una persona se irrita cuando no puede jugar, miente sobre cuánto tiempo juega o abandona responsabilidades, puede estar desarrollando una adicción.

2. Buscar ayuda profesional

No se trata solo de prohibir el juego. El acompañamiento de un psicólogo o psiquiatra puede ayudar a comprender qué vacíos emocionales está llenando el videojuego. También se evalúa si hay otras condiciones asociadas como depresión, ansiedad o trastorno de déficit de atención.

3. Establecer límites claros

Es importante fijar horarios definidos para jugar y promover otras actividades como el deporte, la lectura o la socialización presencial. Algunos expertos sugieren el uso de temporizadores o aplicaciones de control parental para ayudar a moderar el tiempo de pantalla.

4. Fomentar el diálogo en familia

Muchos jugadores compulsivos tienen relaciones deterioradas con sus padres o hermanos. Restaurar la comunicación familiar puede disminuir la necesidad de refugiarse en los mundos virtuales.

5. Redirigir el gusto por la tecnología

Algunos adolescentes que desarrollan una fuerte conexión con los videojuegos pueden canalizar ese interés en áreas productivas como la programación, la animación o el diseño de videojuegos, bajo supervisión.

¿Es posible curarse?

Sí. La adicción a los videojuegos es tratable, especialmente si se detecta temprano. La clave es combinar terapia individual, apoyo familiar y un entorno que no refuerce la evasión. “El objetivo no es satanizar los videojuegos, sino enseñar a usarlos con equilibrio”, aclara la terapeuta Morales.

Un reto moderno

El avance de la tecnología exige una nueva alfabetización emocional y digital. Lo que antes era una distracción de media hora ahora puede convertirse en una maratón de 12 horas sin pausa. Por eso, tanto padres como educadores y autoridades deben estar atentos, sin caer en el alarmismo, pero tampoco en la indiferencia.

La adicción a los videojuegos es un reflejo del mundo actual, y solo con acompañamiento, empatía y orientación se puede prevenir que el juego deje de ser diversión y se transforme en una prisión invisible.

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Marysabel Aldana Periodista, SoyMigrante.com REVISTA
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.
Periodista guatemalteca con experiencia en periodismo escrito, digital y televisivo. Ha cubierto temas de política, actualidad nacional e internacional, artes, cultura y salud.