Ante la falta de oportunidades, trabajo o ayuda social en varios países, las personas se ven forzadas a migrar, pero eso puede causar un impacto en las personas cercanas, especialmente los niños, tanto si migran juntos como si se quedna en el país. Estas son algunas claves para enfrentarlo.
En Guatemala hay algunos niños, niñas y adolescentes que tienen a uno o dos padres fuera y que fueron dejados al cuidado de los abuelos, alguna tía, hermanos o demás familiares, lo que podría desencadenar en los pequeños varios síntomas relacionados con el duelo migratorio.
La psicóloga María Gómez, destaca que el apoyo de los padres es fundamental para enfrentar el duelo migratorio de los hijos que se quedan bajo el cuidado de algún familiar o se van con ellos.
¿Qué es el duelo migratorio?
María explica que el duelo migratorio conduce a una situación de duelo emocional. “El duelo migratorio es una pérdida psicológica y social que, aunque es diferente a una pérdida física, presenta los mismos síntomas y etapas, ya que igualmente es un duelo emocional”.
Este duelo es considerado altamente riesgoso, porque puede afectar la salud mental del niño, ya que se ve en una situación de abandono, deprimido, porque teme no volver a ver a sus padres, y esto va dejando marcas importantes en su autoestima.
Los niños son la prioridad de los padres y por ello se les debe prestar atención a sus comportamientos y a sus cuidados.
Es por esto que, recomienda las siguientes claves:
1. Ser sinceros
Es importante decirle a tus hijos información real; es decir, no crear expectativas muy elevadas en cuanto a los cambios que están por venir. “En niños grandes, más que todo es importante no llevarlos con las excusas de que son unas vacaciones”.
También se les debe trasmitir seguridad, es importante participarles que vendrán cambios, pero que todo podrán superarlo si permanecen unidos y se apoyan.
2. Ser comprensivos sobre los desafíos emocionales
Se refiere a evitar juzgar o desestimar cualquier expresión emocional de los hijos. “Por ejemplo, los niños pequeños podrían llorar, porque deben dejar su habitación, o expresar rabia, porque no podrán llevarse todo, en el caso del adolescente podría aislarse o mostrarse defensivo, porque dejará a sus amigos”.
3. Aumentar la comunicación
La psicóloga manifiesta que, en este punto, es importante brindarles información del nuevo país o lugar al que irán, es decir, cuáles son sus costumbres, idioma y normas de conducta, “a los más grandes se les puede comentar sobre los avances para concretar el viaje. De esta forma, podemos sondear puntos de vista e inclusive sus temores y miedos”.
4. Contener sus miedos
En este punto es primordial ser empático y escuchar de forma activa las opiniones de tus hijos, brindándole respuestas cálidas ante sus preocupaciones.
5. Observar los síntomas
Gómez recomienda a los padres y cuidadores a estar muy atentos a los cambios de humor del niño, sobre todo cuando se vuelven muy llorones, irritables, rabiosos e impulsivos.
También indica mirar las alteraciones del estado de ánimo y del sueño que, según la experta, pueden venir acompañados de pesadillas o de insomnio, sentimientos de abatimiento, falta de interés y de apetito, “estos síntomas pueden estar presente mientras el niño reorganiza su mundo interior, e internaliza la pérdida; pero si persisten por más de seis meses y aumentan su intensidad y frecuencia, será preciso buscar ayuda, porque podríamos estar ante un duelo complicado, que requiere de una debida orientación”.