La frustración es uno de los sentimientos que a los niños más les cuesta identificar y afrontar. Psicóloga guatemalteca brinda algunas claves para apoyarlos y dejarles herramientas de por vida.
Sacar una nota no deseada, no aprender rápido un oficio, emprender un nuevo reto sin ver resultados, esos son algunos de los escenarios que pueden prestarse para que posteriormente se comienza a sentir frustración.
La psicóloga guatemalteca con especialidad en familia, Mariana Tello, comentó que la frustración es una respuesta emocional común relacionada con la ira, el enfado y la decepción.
Esta respuesta emocional surge de la resistencia a un deseo o a una meta, este sentimiento puede aumentar cuando se niega una solicitud, un proyecto o hasta un sentimiento.
La frustración es una emoción desagradable que aparece en aquellas situaciones en que nos damos cuenta de que no podemos conseguir algo que es importante por nosotros.
Según la psicóloga, aprender desde pequeños a tolerar la frustración permite que los niños puedan afrontar de manera positiva los diferentes retos y dificultades que se les presentarán en la vida.
Las herramientas antifrustración
Este sentimiento se trata más que todo de actitud y, como tal, puede trabajarse y desarrollarse. No obstante, hay factores que influyen en la capacidad que tendrá cada niño, para eso se debe identificar los siguientes parámetros:
Temperamento y carácter, cada uno tendrá un umbral de sensibilidad y tolerancia a la frustración diferente.
Tener una educación basada en las emociones, con autoconciencia y autoconocimiento.
Clima familiar: alejarnos de los extremos, entre un estilo educativo autoritario – que genere frustración, continúa en los niños – y un estilo permisivo o sobre protector – que elimine cualquier frustración y atienda todas las peticiones que hacen -.
Si no se logra de una manera, otra habrá
En la vida, hay situaciones en que conseguimos nuestros objetivos, deseos, etc., y otros en que no. Durante la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su alrededor, que se lo merecen todo, y que conseguirán en el momento lo que piden. No saben esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los otros. Es entonces cuando hay que empezar a enseñar los niños a tolerar la frustración.
Intentar complacer siempre los niños y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no favorece su desarrollo integral como persona.
Identificando la frustración dañina
- Todos tenemos que enfrentar situaciones adversas y es necesario aprender a gestionarlas. La frustracción a menudo impide procesar bien y bloquea las soluciones. Yo puedo identificar si me frustro con demasiada facilidad… o quizá mi hijo o hija.
- Tienen dificultades para controlar las emociones.
- Son más impulsivos e impacientes.
- Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de forma que, cuando se tienen que afrontar a la espera o a la postergación, pueden reaccionar con rabietas.
- Son más susceptibles a presentar problemas de ansiedad o depresión ante grandes conflictos o dificultades.
- Viven cualquier límite como injusto y que va en contra de sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se los da todo lo que quieren.
- Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
- Manifiestan una tendencia a pensar de manera dicotómica: una cosa es blanca o negra, no hay punto intermedio.
- Muchos padres intentan reducir las rabietas evitando las fuentes de frustración en el niño, y acaban convirtiendo cualquiera de sus fracasos en un nuevo éxito. Esto todavía dificulta más que el niño desarrolle su capacidad de tolerancia a la frustración.
Así pueden los adultos enseñar a los niños a tolerar y manejar la frustración
- Sé su modelo, que vea como afrontas problemas y dificultades cotidianas.
- Enséñale a identificar las emociones qué siente y a ponerle nombre: etiqueta la emoción que está sintiendo para que aprenda a identificarla y reconocerla. Esto lo ayudará a conocer mejor su mundo interno y a gestionar mejor sus emociones.
- No le digas que sí a todo el que te pida ni le resuelvas los problemas que puede aprender a resolver solo.
- Enséñale a esforzarse para conseguir aquello que quiere y a afrontar las dificultades sin abandonar. Enséñale cuando tiene que asumir un “no”.
- Con estas técnicas la experta señala que para los niños será más fácil afrontar cuando no los dejen jugar en el equipo, cuando quede en segundo lugar en la competencia o simplemente cuando no obtenga la calificación que quiere.