Músico guatemalteco, egresado del Conservatorio Jesús Castillo de Quetzaltenango, se hizo migrante debido a la pandemia pero en Oklahoma se encontró de nuevo con su gran pasión: la música. Esta es su historia.
Desde su niñez Óscar «Koka» de León tuvo el don y el gusto por la música. En las décadas 1990 y 2000 formó parte de varios grupos tropicales, entre ellos La Dulce Banda de Totonicapán, Grupo Tormenta, FM de Zacapa. También fue de los iniciadores de las bandas escolares en estilo Latin Band.
La pandemia de 2020 eliminó conciertos, reuniones sociales, actividades de bandas escolares, grabaciones publicitarias -en las cuales Óscar también trabajaba-. «No había trabajo, pero había que sobrevivir», cuenta. Tenía un hijo que ya era migrante en Oklahoma. Para allá se marchó. Hoy se ganan la vidacomo «yarderos» (corte de grama en casas y campos) y de hecho fundaron su propia empresa.
Pero en el camino, la música también volvió a florecer a su paso. Así lo cuenta. Un relato de inspiración, sinceridad y orgullo de ser guatemalteco.
Su vida musical empezó a los 8 años
Para apreciar la pasión y talento musical de Óscar de León es necesario conocer sus orígenes: «A mí me gustó cantar desde niño. Allá por 1985 empecé a participar en concursos interescolares. Mi papá se fijó en ese talento y me puso a estudiar en el conservatorio de música de Occidente. Estaba en tercero primaria».
El papá y abuelo de Óscar de León tenían el mismo nombre. Los dos sabían tocar marimba. El abuelo fue marimbista junto al gran compositor Domingo Betancourt (Ferrocarril de los Altos). Óscar III heredó una pequeña marimba que aún conserva. «Allí aprendí y vale mucho para mí», dice. De hecho, Oscar como profesor a Fabian Betancourt en la Escuela de la Marimba de Quetzaltenango.
«Mi primer trabajo llega cuando tenía 12 años. Un compañero armó un grupo musical y le pidió permiso a mi papá para que yo participara. Mi papá aceptó a condición de que siguiera estudiando. Me gradué de Composición en el Conservatorio».
Ritmo, sabor y grupos tropicales
«Pasa el tiempo y mi primer grupo famoso fue uno que se llamaba Kalúa.Después de eso me llamaron a Dulce Banda. Era 1997 y ese grupo estaba en la cúspide. Grupos capitalinos me miran, se interesan y me llega la oferta de integrarme al grupo Tormenta Band, que tanta fama y tanta gloria dio en Guatemala».
«Después yo regresé nuevamente al occidente. Pasé por el grupo Los Francos; Ivan Medrano se separa de Tormenta y crea la banda del Machete. Me fui a dirigirla. Vinieron otros grupos, estuve con FM de Zacapa, con Don Miguel Ángel Tzul, con el grupo Fiesta. También me comencé a meter en el ámbito de las grabaciones»
«Viajé bastante a EStados Unidos. Hice más de 25 giras y nunca me quedé. Tampoco pensé que alguna vez fuera a tener que venir para acá».
Bandas escolares con ritmos latinos
Oscar también estuvo entre los pioneros de las bandas escolares latinas. «Antes todo era militarizado en las bandas escolares. Eran de fanfarria.. Pero a mí me llamó la atención hacer algo., En 1993 hicimos la primera banda en el Conservatorio Jesús Castillo. Del 1993 hasta el año 2000 nos llevamos siempre en primer lugar porque cambiamos el estilo musical. Le pusimos ritmos latinos, cumbia, merengue», cuenta.
Por aparte, gracias a su experiencia en estudio de grabación, comenzó a producir publicidad en su propio espacio, labor que combinaba con las giras musicales. Salió del Conservatorio, pero llegó a ser Maestro de Educación Musical y Licenciado en Música. Tocaba, cantaba, producía y enseñaba: Todo un 360 grados de creatividad sonora. Pero de pronto hubo un ALTO a todo.
El gran silencio de la pandemia
«El 13 de marzo de 2020 todo se comenzó a cerrar y los trabajos en Guatemala se cayeron. Todo se canceló. Mi hijo ya estaba en Oklahoma y nosotros empezamos a venir para Estados Unidos en cuanto fue posible».
«Me cuidé tanto en Guatemala para que no nos diera Covid. Y a la semana de haber llegado, nos enfermamos. Gracias a Dios lo estoy contando. Yo apenas podía respirar. Mi hermano es médico y me mandó un nebulizador y un medicamento. Fueron tres meses angustiosos. Vivía casi sin moverme, apenas respirando. Gracias a Dios salimos».
Del campo musical a los campos de grama
«Somos orgullosamente yarderos», dice Oscar al referirse al trabajo de corte de grama que comenzó a efectuar junto a su hijo.
«Aquí en Oklahoma hay mucha área verde, todas las casas tienen su jardín y en la parte de atrás también su yarda, su patio. Bendito Dios logramos poner una pequeña empresa propia para poder trabajar y en eso nos mantenemos. Somos yarderos entre semana y los fines de semana pues los agarramos para tocar».
Sí. Así es: Oscar volvió a encontrar la música o más bien la música lo encontró de nuevo a él. ¿Cómo ocurrió?
«Aquí en Oklahoma conocí a don Benvenuto Barrios, marimbista y fundador de la Estrella Chapina«
-¿Usted toca marimba?, me preguntó.
-Sí, claro es mi primer instrumento, le dije yo.
-«Es que ando buscando un maestro para la Marimba Estrella Chapina».
– Con mucho gusto
«Y comenzamos a trabajar con él le dimos un giro total 100% un giro de 360 grados la marimba. En eso me ayudó la experiencia que tuve con el saxofonista guatemalteco Arturo Xicay, con quien trabajé y aprendí mucho de producción».
Nace la Real Sonora OKC
«Cuando estuve en Dulce Banda de Toto, tuve un compañero llamado Julio. Él es de Zunil, pero él migró hace 25 años. Un día me llama y me dice:
-Koka, ¿cómo estás?
-¿Qué tal Julio? mucho gusto saludarte.
-¿Estás aquí en Oklahoma?
-Sí, ¿por qué?
Aquella conversación llevó a que Julio entrara com percusionista a la marimba Estrella Chapina de Oklahoma. Pero él mismo animó a Koka: «Hagamos un grupo, me dijo. Aquí en Oklahoma no hay muchos grupos tropicales. Hay norteños, banda, pero sonoras de cumbia no hay. Existe una oportunidad». Oscar tenía sus dudas por lo demandante que es dirigir y producir un grupo musical. Mucho del trabajo que exige no se ve, pero es una enorme responsabilidad.
Lo demás es historia: empezaron a buscar talentos y hoy por hoy, la Real Sonora se compone de artistas de cinco países: Venezuela, México, Guatemala, El Salvador y también dos estadounidenses.
«Bendito sea Dios nos ha ido bien ya. Ahora en el mes de abril cumplimos un año de estar tocando». Se han presentado en Texas, Kansas, Arkansas. Próximamente estarán en Maryland y Washington, en septiembre próximo»
Escuche el súper ritmo OKC acá
Conciertos, emociones y música en el ADN
«Dos de mis hijos Javier, 24 y Tamara, 22 ya forman parte de OKC. Es un trabajo duro, pero si uno tiene pasión por la música lo disfruta y alegra a los demás».
Siempre llega el momento de interpretar su versión de Luna de Xelajú: «Es nuestro segundo himno Nacional, sepuede decir: Y cuando la tocamos, la gente guatemalteca la canta. También nos gusta finalizar con el Rey Kiché. He visto a mucha gente llorar, de nostalgia, extrñando seimpre a Guatemala, porque la vida del migrante aquí es de tanto trabajo y distancia que nos perdemos tantos momentos de la vida de los familiares»
Oscar de León lo dice con conocimiento de causa. «Hay un tema que se llama Tierna despedida, lo tocan dos trompetistas y vea, siempre hay compatriotas llorando. Recordando a sus seres amados. Lo sabemos y por eso nos esforzamos en brindar alegría, calidad, talento, arte musical».
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