Esfuerzo personal desde Estados Unidos para ayuda de gasto familiar se convierte en masivo envío de remesas a todo el país y un creciente pilar económico de Guatemala que vuelve a alcanzar nuevo máximo en 2023.
Los migrantes guatemaltecos establecen un nuevo récord histórico anual de envío de remesas: durante el año 2023 enviaron a Guatemala US$19,804 millones de dólares.
Superan así los USS18,040 millones de 2022 y los US$15 mil 295 millones de 2021!, con lo cual aportan cada año la quinta parte de la producción económica nacional.
Millonaria cifra que sale del corazón
Esta colosal cifra, los US$19,804 millones de dólares enviados durante 2023, surge de un compromiso de amor y solidaridad de cada migrante con sus seres queridos en Guatemala. Según la Encuesta de Remesas 2022, se calcula que al menos 1.9 millones de migrantes guatemaltecos radicados en Estados Unidos envían remesas periódicamente.
Para reunir el dinero para el envío de remesas, los migrantes tienen usualmente dos empleos y a veces tres empleos, ya que deben costear sus gastos de vivienda, alimentación, transporte, equipo, impuestos, a lo cual se suma la remesa quincenal o mensual.
Testimonios de esfuerzo, con amor a seres queridos pero lejos de ellos
«Trabajo siete días a la semana»: Así lo cuenta el migrante guatemalteco U.M, radicado en la costa este: «Tal vez no envío una gran cantidad, pero aún así lleva sacrificio. Tratamos de sufragar necesidades que en nuestro país familiares no pueden cubrir, pero lo logran por medio de las remesas que mi persona envía», comparte.
«Trabajo los siete días de la semana, para poder enviar esa pequeña remesa a mis familiares. Acá en Estados Unidos tenemos gastos, pagos de renta, pagos de carro, de seguro. Nos levantamos a las tres de la mañana y regresamos a casa hasta la hora que Dios nos disponga, para poder hacer ese aporte»
R.G. vive en California y trabaja en un hospital, pero también hace turnos de Uber y delivery de comida para poder enviar una remesa a su familia. “Hay meses duros, como cuando toca declarar los impuestos o pagar el permiso de circulación del carro. Pero ayudo a mis padres en Guatemala, que ya están mayores”, dice.
El migrante A.M. trabaja actualmente en el área de Washington D.C., en el rubro de construcción. «Yo no pagué por el viaje, pero muchos compañeros deben enviar la remesa para ayudar a la familia, pero también para pagar la deuda de haber podido llegar aquí. Yo ahora hago dos trabajos, empiezo a las 6 de la mañana y termino a las 9 de la noche, para poder reunir los recursos para pagar los gastos de casa, carro, impuestos… y aparte poder mandar algo a la casa en Guatemala».
Y así se multiplican las historias.
Un monto impresionante
El crecimiento del envío de remesas enviadas por migrantes guatemaltecos es exponencial:
- Hace 20 años, en 2004, el monto total de remesas era de US$2 mil 550 millones de dólares.
- Hace 10 años en 2014, alcanzaba los US$5 mil 544. Esta cifra se duplicó solo en 5 años.
En 2020, el año de la pandemia, ya fueron US$11,340 millones de dólares, fruto de grandes esfuerzos como ya se ha hecho notar. Ahora, estuvo cerca de duplicarse la cifra en 2023.
¿De dónde provienen las remesas?
Según la más reciente encuesta de remesas de la Organización Internacional de las Migraciones, publicada en 2022, el 27.5% de remesas son enviadas por guatemaltecos en California. El segundo lugar de mayor envío es Nueva York, con un 13.6% y el tercero es Florida, con un 8.9%. En cuarto lugar está el Estado de Texas, con 7.7%. Después vienen Virginia, con 3.9% y Georgia con 3.8%, según la OIM.
¿A dónde llegan las remesas?
Según estadísticas de la OIM los departamentos que más beneficiarios de remesas son: Guatemala (26.2 %), Quiché (8.9 %), Quetzaltenango (7.0 %), Huehuetenango (5.8 %) y San Marcos (5.1 %); le siguen, Chimaltenango y Alta Verapaz (4.7 % y 4.1 %, respectivamente.) El resto de departamentos tienen porcentajes entre 2.0 % y 3.0 %.
Hasta un 40% de guatemaltecos se benefician directamente con las remesas.
El 58% de los receptores de remesas en Guatemala son mujeres.
¿A qué se destinan las remesas?
Según estadísticas de la Encuesta de Remesas 2022 de la OIM, el más reciente estudio al respecto: de cada 100 dólares en remesas estos son los principales rubros en que se utilizan en Guatemala:
- 44 dólares se dedican a consumo, del cual los principales rubros son:
- 17 dólares a la alimentación;
- 9 dólares a pago de vivienda,
- 4 dólares transporte y el resto otros gastos.
- 29 dólares van a ahorro bancario y pagos de préstamos, que a veces son bancarios y otras veces son hipotecas o créditos adquiridos para financiar el viaje del migrante a Estados Unidos.
- 14 dólares van a emprendimientos, compra de mercadería o materias primas, equipos, pagos de alquiler de locales y salarios.
- 8.3 dólares se utilizan en servicios de salud, generalmente consultas médicas y exámenes.
- 4.7 dólares se emplean para pagos de educación en todos los niveles.
Migrantes guatemaltecos necesitan más y mejor apoyo del Estado
La gran mayoría de migrantes que envían remesas no tienen un estatus legal. Los gobiernos de Guatemala no han sido capaces de gestionar un Estatus de Protección Temporal, o TPS, para asegurar mejores posibilidades de regularización. Las acciones gubernamentales han sido escasas y débiles ante leyes antimigrantes emitidas por estados como Florida y Texas.
Los servicios de atención consular son distantes o los trámites de documentos pueden prolongarse demasiado, según el Estado donde se encuentran: son quejas frecuentes de connacionales en Estados Unidos, quienes consideran que con el aporte económico de remesas merecen una mejor atención del gobierno guatemalteco.
Por el lado de Estados Unidos, que demanda mano de obra sobre todo para tareas agrícolas, se han ofrecido varios programas de visas de trabajo temporal. Esta modalidad podría ampliarse para generar oportunidades de trabajo y superación económica legal en EE.UU., sin que se rompan las familias, fortaleciendo su fuerza productiva y a la vez apoyando a la economía de países emisores de migrantes, tal como lo expresa Andrew Seele el presidente de Migration Policy en su más reciente artículo publicado en Wall Street Journal.