Somos los guatemaltecos, una fuerza productiva incomparable con raíz de milenios. Dentro o fuera del territorio nacional construímos con esperanza un porvenir para nuestras familias y comunidades. Migrantes y emprendedores nos damos la mano sin fronteras: este es un saludo fraternal en el Día del Trabajo.
Nosotros venimos de la tierra donde el maíz es memoria, los volcanes son guardianes y el Quetzal es símbolo de grandeza. Venimos de la Costa y del Altiplano, del Petén milenario, del oriente cálido y de los caminos color de café tostado. Somos los hijos de un país que habla en muchas lenguas, que reza en muchas voces, que trabaja desde antes que el sol salga y que sigue trabajando cuando dice adiós porque nos mueve el amor a nuestras familias.
Nosotros, los emprendedores y los migrantes, conocemos el polvo del camino, el cansancio de la tarde y los valores que tejieron en nosotros nuestros abuelos. Emprendedores y migrantes nos lanzamos a un camino que sabemos lleno de desafíos, pero también de oportunidades.
Allí donde estemos, allá donde vayamos....
Allí donde estemos, allá donde vayamos, llevamos con nosotros la dignidad del trabajo, el valor de la familia, y la esperanza puesta en Dios. Estamos en los mercados, los restaurantes, los talleres, las fábricas, los campos y también en los edificios relucientes de Manhattan o los hoteles de California, con manos que hacen de todo para ganar el sustento para nuestras familias, ya sea que estemos cerca o lejos de ellas.
Nuestra memoria tiene todos los elementos: la tierra de las laderas con milpa, el agua de los pescadores, el fuego de las cocinas, el aire de las palabras que enseñan, cuidan, diseñan, inspiran. Somos guatemaltecos y venimos de pueblos mestizos, mayas, garífunas, xincas, cada uno llevando su herencia como estandarte y su sueño como brújula.
Nosotros no pedimos permiso para soñar...
Soñamos porque es el primer ladrillo del mañana en cada mañana. El trabajo es nuestra manera de amar. Cada remesa enviada, cada negocio iniciado, cada idea sembrada es una chispa que alumbra a dos orillas: la que nos vio nacer y la que ahora habitamos. Somos puente y raíz. Enseñamos a nuestros hijos a no olvidar: ese es nuestro principal TRABAJO.
Nosotros no olvidamos. Y con esa memoria en las manos, en los pasos y en el corazón, estamos erigiendo un nuevo país. Así como nunca dejamos de ser trabajadores, nunca dejamos de ser guatemaltecos: lo somos aún más cuando triunfamos lejos, cuando decimos el nombre de nuestra aldea, cuando enseñamos que la dignidad también se exporta.
Nosotros no estamos solos: nos tenemos unos a otros
Compartimos historias, saberes, esfuerzos. Celebramos nuestras fiestas con marimba y comida de casa: con palabras en 25 idiomas. La diversidad es riqueza y fuerza. Cuando trabajamos juntos, tenemos la fuerza del volcán.
Nosotros no esperamos que el futuro llegue solo: lo estamos construyendo y transformando. Por eso en este Día de los Trabajadores 2025 nos damos la mano y aquí en SoyMigrante.com seguimos abriendo veredas que muy pronto serán grandes caminos al porvenir en donde avanzarán nuestros hijos y nuestros nietos, en un país mejor que aquel donde crecimos nosotros.
Nuestra identidad es nuestra fortaleza
