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Éxitos

Emi La Guatemalteca ofrece sabores, aromas y memorias en Dallas, Texas

Restaurante, panadería y tienda tiene 4 sucursales, genera empleo para más de 30 migrantes guatemaltecos y fue fundado por la migrante guatemalteca Emilsa Bautista. Su éxito radica en brindar el sabor de la nostalgia: comidas, panes, artesanías y accesorios guatemaltecos.

El sabor de Guatemala

Los ingredientes provienen de tierras guatemaltecas y las recetas del secreto familiar en antojitos y platillos tradicionales que disfrutan migrantes guatemaltecos en Dallas Texas. “La Guatemalteca” es un restaurante y panadería que ofrece variedad y sabor.

En 2010, la migrante guatemalteca Emilsa Bautista emprendió este negocio familiar con el servicio de restaurante y panadería. En 2018 empezó a traer diferentes artículos y productos de la nostalgia.  “Uno de los éxitos, es que cada guatemalteco encuentra de todo”, un negocio que amplió su servicio en la venta de artículos (golosinas, recuerdos, accesorios entre otros).

En el restaurante se degusta de platillos tradicionales como el caldo de gallina, caldo de res, chilacayote y guisados, también están a la venta productos como bledo, hierba mora, chipilín, chiltepe, queso crema, chile cobanero, consomé entre otros productos. También ofrece variedad de panes tradicionales; cachitos, cubitos, francés, dulce, molletes, champurrada.

Tienen cuatro tiendas en diferentes puntos de Dallas, Texas, Estados Unidos. Cuentan con cuatro sucursales en restaurantes y panadería, dos tiendas de abarrotes y la principal se ubica en Dallas, Texas, 11055. “Mi mamá cocina los deliciosos platillos, también me enseñó a cocinar, los panes los preparamos en la tienda principal para luego distribuirlas”

El emprendimiento genera alrededor de 35 empleos a migrantes guatemaltecos y centroamericanos. “Me siento muy feliz de ser parte de la economía de este país y de Guatemala, la mayoría son guatemaltecos, somos la primera fuente de trabajo de quienes ingresan a este país, me siento orgullosa de verlos crecer y superarse, las remesas salen de este negocio”.

Emi trabajo en la venta bienes raíces por más de 15 años, luego su mamá enfermó y su estabilidad laboral la perdió, con el fin de cumplir el sueño de su mamá lograron establecer su primer restaurante “pequeño”, con perseverancia el negoció creció y Emi encontró una oportunidad que le daría el éxito.

Nueve intentos una oportunidad

Los padres de Emi emigraron a Estados Unidos entre 1985 y 1990 para encontrar una oportunidad, con el pasar del tiempo se separan, Emi y su hermana quedaron al cuidado de unos tíos, con 12 años de edad Emi decidió migrar sola, para reencontrarse con su mamá y superarse, vendió algunas de sus pertenecías entre ellos una motocicleta.

En 1,994 Emi vivió una etapa dura en la dejó a su hermana menor y emprendió un viaje, le llevó más de nueve veces cruzar la frontera, el dinero que obtuvo de su motocicleta se acabó y para sobrevivir vendía magos o alimentos preparados “Casi me rendía, me moría en el camino, hasta que encontré un coyote que me ayudó a cruzar y contactamos a mi mamá para pagar”.

El mismo día de llegada Emi se interesó por retornar sus estudios y se inscribió en la escuela del sector “Quiero romper las barreras, en este país hay oportunidades, pero si tú hablas dos idiomas la vida es más fácil y encontrar trabajos mejores” Emi se profesionalizó y creció como profesional.

“Lo que más me marcó, fue dejar a mi hermana menor, a veces mi tía no nos daba de comer, pasábamos hambre, me decía que nunca iba lograr hacer nada” Emi logró llegar a su destino y al año se unificó con su hermana menor. 

El sueño de Emi era profesionalizarse como enfermera, sin embargo, la situación económica no le permitió continuar con los estudios universitarios, se dedicó a administrar el negocio familiar, espacio donde creció como empresaria y emprendedora, “Perdí un trabajo, me tocó dedicarme a este negocio”.

Mi gente, mi Guatemala 

La primera barrera era crecer y vender los platillos guatemaltecos, pero con perseverancia y paciencia lograron establecerse seis años después, “En el 2016 más guatemaltecos empezaron a llegar, fue duro porque durante el día no se vendía, el primer obstáculo fue sobrevivir desde su apertura en 2010”.

En tiempo de pandemia Emi se vio obligada a cerrar, sin embargo, la compra de una caja de mascarillas sería el comienzo de su próximo emprendimiento “Entró un señor y me vendió mascarillas, no quería, pero me convenció, yo las regale y nadie las quería, cuando las mascarillas empezaron ser obligatorias decidí venderlas y así fue como empecé a implementar más accesorios; jabón, gel, papel etc”. 

“Me siento contenta de traer varios productos y ver a mis paisanos satisfechos, es lo mejor que puedo hacer por ellos, sé que muchos extrañan su país, su comida, pero con esto pueden disfrutar un poco” dice con mucha emoción y nostalgia.

 “Para quienes están en Guatemala es primordial que aprendan otros idiomas eso les facilita mejores oportunidades y para quienes están acá en Estados Unidos o piensan venir es importante cumplir nuestras promesas con Dios o las que hacemos, este es un país que te absorbe bastante pero no nos olvidemos de Dios y superarnos”.

Emi está orgullosa de sus raíces y participa en varias actividades culturales para representar a su país, “Siempre desfilamos con los trajes típicos, representar Guatemala para mí,  es para que sepan que es un país hermosos con dialectos y paisajes y extraordinario, amo Guatemala”.

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Diana Batz