Una travesía junto a su mamá, en busca de libertad después de haber sufrido violencia doméstica, relata la escritora guatemalteca Claudia D. Hernández quien además cuenta, com migrante, la dura experiencia de la discriminación.
De la violencia a una nueva vida
Claudia D. Hernández es escritora y maestra migrante guatemalteca originaria de Sanarate, Alta de Verapaz Guatemala, reside en Los Ángeles California Estados Unidos. Migró en 1988 con sus dos hermanas y su mamá tras vivir violencia doméstica, ha escrito varias crónicas entre ellas su autobiografía en la que expresa su historia como la de muchos migrantes guatemaltecos.
“Mi mamá nos dio un buen ejemplo al no aguantar cualquier forma de violencia doméstica, ella se arriesgó y se sacrificó por nosotras, por eso luche para salir adelante, tome todas las oportunidades que este país me dio”. La fuerza como persona se construyó bajo la sobrevivencia y la lucha constante desde su infancia “Mi mamá ya había emigrado tres años anteriormente, y nos dejó en Tactic, Alta Verapaz y regresó por nosotras. Venimos a este país para buscar un mejor futuro y vivir en paz”.
En 1988 tomaron lo poco para encontrar paz y tranquilidad y sobre todo una oportunidad. Claudia logró llegar hasta el cuarto grado de primaria en Tactic. El viaje fue largo y transcurrió entre trasbordar buses, paradas en casas ajenas, extensas caminatas, cruce del río Bravo y un viaje inesperado en avión de Texas a Los Ángeles, California, además de la adaptación a un mundo nuevo.
“Mi mamá era muy estricta y yo traviesa, para cruzar con cuatro mujeres era peligroso, a mí se me salía decir cosas; ahí va el coyote y mi mama siempre me apretaba la mano para que no dijera nada”. Con solo 10 años de edad Claudia no dimensionaba los peligros a los que se enfrentaban en aquella travesía.
Al llegar a Estados Unidos retomó sus estudios y aprendió a escribir y hablar el idioma inglés, se graduó de bachiller (High School). Luego estudió para ser maestra de primaria y una maestría en escritura creativa.
La mejor forma de expresión
La formación académica le ha permitido encontrar un vínculo entre la poesía y la realidad. Gracias a ello ha escrito varias crónicas y publicado dos libros. Su próximo proyecto es el lanzamiento de tres libros infantiles que se publicarán en los próximos tres años. En ellos se relata la historia de la travesía de una niña indígena de Guatemala.
“Estaré publicando un libro por año, estoy trabajando con Jazmin Villagran ilustradora guatemalteca,tengo varios manuscritos, dos de poesía y la historia de mi tía, me mantengo escribiendo y buscando espacios de publicación en las editoriales”
La trayectoria partió desde el nacimiento de su hijo, a quien lo tuvo a los 20 años de edad, ella se casó a los 18 años, dejó de estudiar y se dedicó a trabajar momentáneamente, al ver por primera vez a su hijo se inspiró y buscó una estabilidad, retomó sus estudios y empezó a escribir cuentos que le leía con mucho amor. “Mi hijo ahora es hija, entonces ella me ha inspirado a tomar estas decisiones”
La inteligencia emocional, la observación y la humildad es la esencia de su trabajo, su éxito radica en la enseñanza con niños y niñas de primaria y como escritora la fusión de poesía con la realidad, ha escrito ensayos narrativos, memorias que le ha permitido explorar el mundo de una manera enriquecedora.
Claudia D. Hernández aparte de escribir también es fotógrafa. Desde el año 2011 empezó el proyecto al que llamo “Mujeres revolucionarias del día de hoy” (mujeres de color, latinas, asiáticas e indígenas). Consistió en escribir la historia de cada una de ellas acompañadas de una fotografía. “Empecé a recolectar su arte, historias y poemas y lo convertí en una antología de mujeres”.
En 2015 culminó la maestría de Artes y como tesis entregó un manuscrito de su historia en la que relató su vivencia en Guatemala y su trayectoria de migración, memoria compuesta por ensayos narrativos y poesía. En 2018 la envió a una editorial en la que ganó un concurso y fue publicada. Luego de dos años años llegó a Guatemala para ser traducido por la dirección de Sophos y publicado en dicho país, el libro lleva por nombre “Tejiendo la niebla”.
Las decisiones que tomó Claudia desde joven marcaron su vida en la que aprendió a ser independiente y fuerte, dentro de sus satisfacciones resalta la publicación de su primer libro que toma lugar en Guatemala y en Estados Unidos.
La esencia es reconocer lo que somos
Claudia reconoce haber intentado adoptar y asimilar la cultura estadounidense pero con el paso del tiempo también experimentó la necesidad de expresar sus raíces y su conexión con la tierra natal “Tengo la necesidad de traer mi cultura con mi fotografía, escritura y enriquecer mi cultura acá en los Estados Unidos”.
“El mensaje para las familias que emigran a los Estados Unidos es que no se asimilen y que continúen con sus tradiciones guatemaltecas, pero que no pretendan ser otras personas siempre es importante recordar de dónde venimos es importante representar lo que somos con mucho orgullo decir que somos de Guatemala”
“Toda persona tiene derecho a emigrar especialmente cuando se encuentra en situaciones de riesgo como por ejemplo violencia doméstica, otras se desplazan en busca de trabajo o de nuevas oportunidades económicas, todos tenemos derecho a emigrar y hay personas que prefieren quedarse en el país y también tienen derecho a escoger eso. La emigración es un acto hermoso”.
En algún tiempo Claudia desea regresar a Guatemala para disfrutar de su familia. Su libro también incluye a tres personajes principales; su mamá, tía y abuela. Ellas son su ejemplo de lucha y fuerza. “Las tres matriarcas de mi familia” dice Claudia con emoción. Su pasión por reconocer la raíz de su familia y de sí misma se refleja en cada texto, ensayo o fotografía que crea.
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