Tras coordinar las vacaciones en sus trabajos y de los estudios de sus dos hijas en Maryland, Estados Unidos, los migrantes guatemaltecos Daniel y Yezenia celebraron sus 25 años de matrimonio en Monterrico... y algunos lugares más de su país.
¿Cómo fue el inicio de su vida en Estados Unidos?
Ella: «Al llegar a Estados Unidos en 1998 nos establecimos en Washington D.C., yo entré a trabajar en cocina de restaurante. Nunca había hecho eso. Lo más duro era tener que lavar verduras con agua congelada. Me había graduado en Tiquisate, Escuintla, de diversificado pero nada de eso me servía allá. Fue como empezar de nuevo»
Él: «Yo había trabajado en una cooperativa en Tiquisate, Escuintla. Pero ninguno de los conocimientos aplicaba en Estados Unidos. La principal y mayor barrera fue el inglés. Comencé a trabajar en cadenas de comida rápida. Estuve en cocina y los turnos eran largos»
¿Cuál ha sido su mayor desafío?
Ella: «El mayor reto ha sido el cuidado de nuestas hijas. Kimberly y Allison, que nacieron en Estados Unidos. Tratar de dedicarles el mayor tiempo posible y proveerles de lo necesario Los turnos a veces eran largos y uno busca cuidar bien de ellas el mayor tiempo posible. A veces no siempre juntos pero al menos que uno de los dos a lo largo del día».
Él: «Encontré un trabajo en el área de conserjería de una escuela católica privada de Maryland, con un horario que nos permitió con mi esposa tratar de estar con nuestras hijas el mayor tiempo posible. En el día a día del trabajo de restaurante fui dominango el inglés, y pasé desde la cocina hasta ser el manager de una sucursal. Pero después surgió la oportunidad en la escuela, donde aún estamos».
¿Por qué celebrar sus 25 años en una playa de Guatemala?
Ella: «Cuando uno se marcha a Estados Unidos extraña tanto a su país, a su familia y a la vez, uno descubre el orgullo que uno siente de ser guatemalteco. Lamentablemente, en busca de oportunidades uno tuvo que irse a vivir lejos. Pero nuestras raíces están en Guatemala. Al llegar a estos 25 años de ser familia, pensamos que era bueno poder celebrarlo en donde todo empezó. Y en las playas de Escuintla fue donde nos conocimos».
Él: «Queríamos hacer una celebración en la playa El Semillero, Escuintla. Pero desde Estados Unidos se hizo más fácil buscar un lugar en la barra de Monterrico. Y fue así como rentamos un lugar y empezamos con los preparativos, con la ayuda de amigos en Guatemala. En este día estamos muy felices, porque nuestras hijas compartieron nuestra alegría y hemos podido visitar otros lugares del país. Ellas no nacieron aquí, pero se identifican con la belleza y la fuerza de Guatemala».
Viaje memorable
La familia Letrán Martínez, integrada por Daniel, Yezenia y sus hijas, Allison y Kimberly, pudo efectuar un rápido recorrido por varios atractivos turísticos de Guatemala. Cuadrar las agendas de trabajo y estudios no fue sencillo.
A pesar del limitado tiempo pudieron visitar la Finca San Cayetano, frente al volcán de Fuego; recorrieron Antigua Guatemala y después se deplazaron hacia Río Dulce, cuyo curso recorrieron hasta llegar a Playa Blanca, Lívingston y las cascadas de Siete Altares. En el camino les quedó el sitio arqueológico de Quiriguá, en donde admiraron el majestuoso pasado milenario de Guatemala.
La ceremonia en Monterrico fue el punto culminante de una semana de intensas emociones y recuerdos. El último punto fue el Lago de Atitlán, en donde disfrutaron de una travesía memorable. Regresaron juntos a retomar la vida en Estados Unidos, con las pupilas y los corazones llenos de Guatemala, con la esperanza de volver muy pronto a descubrir más maravillas de su Tierra.