En el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, New Jersey, se conserva una enigmática figura: un hombre esculpido en piedra volcánica, en las Tierras Altas de Guatemala, que data de entre el año 350 a 100 antes de Cristo. Conoce más sobre él.
Mide solo 60 centímetros pero es simplemente fascinante: está esculpido con piedra volcánica (basalto) y su antigüedad supera los 2 mil años: este enigmático hombre proviene de las Tierras Altas de Guatemala, lo cual se deduce a partir de algunas figuras parecidas encontradas en dicha región.
Su estilo apunta que fue tallado entre el años 350 antes de Cristo al 100 antes de Cristo. Dicho período de estudio arqueológico se denomina «Esperanza». Para citar una referencia, de su antigüedad, proviene de una época anterior a la construcción del templo Gran Jaguar en Petén, que data de año 800 de nuestra era.
Este hombre de piedra es una auténtica joya maya migrante y se conserva actualmente en el Museo de Arte de la Universidad de Princeton, en New Jersey.
«El tema de la escultura no es claramente mítico o real» dice Peter Jay Sharp, curador y profesor de arte de las Américas antiguas en la Universidad de Princeton. Es decir, no se sabe si es una representación de una persona o de una deidad.
La escultura presenta una representación tridimensional de un hombre desnudo, pero cuya figura se ciñe a una figura trapezoidal si se le observa de frente.
«Agujeros separan las piernas entre sí y también los brazos del torso. Ranuras en los hombros y las rodillas delinean la musculatura, y las líneas curvas a través del pecho definen los músculos pectorales», describe el experto Sharp.
«Las manos y la cara se extienden hacia adelante desde la forma vertical bastante rígida en el perfil, mientras que las nalgas se proyectan dramáticamente hacia atrás. Aún así, la figura mantiene una forma compacta de eje vertical en general, lo que sugiere que puede haber sido producida a partir de una columna de basalto formada naturalmente», añade el científico.
La figura tiene mejillas hinchadas y labios fruncidos; los ojos pueden estar cerrados. Estas características coinciden con ciertas esculturas de Kaminal Juyú u otros sitios de la bocacosta del Pacífico de Guatemala. Lamentablemente no se conoce el lugar exacto de donde fue extraída ni las circunstancias de su hallazgo, por lo cual este contexto prácticamente se ha perdido para siempre.
«Un tocado rodea la cabeza, con una solapa adicional en la parte superior que sobresale hacia adelante».
La clavija en la base de la figura hace suponer que estaba colocada sobre una plataforma o bloque. Posiblemente se trataba de una serie de esculturas, quizá en algún templo.