Muchísimas personas no logran percatarse de las ataduras sociales que marcan su vida. Tienen su mirada ya que tiene puesta su mirada en el exterior. Esto quiere decir que suelen culpar de lo sucedido a la persona o circunstancia que afronta, sin ni siquiera tomarse el tiempo de reflexionar sobre lo que en verdad siente, piensa, percibe o interpreta. Es por ello que reacciona de manera impulsiva: enojo, angustia, pesar, etc.
Si se deja que las cosas sean lo que son, no habría pelea. Solo serían hechos que suceden sin la interpretación de si son buenos o malos. En pocas palabras:
Lo que es, es. No se debe pelear con lo que es.
Si lo que es, es. Entonces se debe actuar observando lo que es.
De esta forma se verá la realidad de un hecho y no la interpretación mental y emocional del hecho.
¿Para qué debo ver la realidad y no lo que pienso de la realidad? Es sencillo entender y aceptar, para dejar que la vida fluya. Si se deja que la vida siga su curso se abrirá la posibilidad de muchas y nuevas oportunidades que se originan de la propia vida.