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Los migrantes enfrentan a situaciones inesperadas, discusiones, desacuertos o dedsafíos que desaniman, asustan, enojan o dejan insatisfacción. ¿Cómo enfrentarlos con plena consciencia?

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Por André Armas
Educador de Bienestar, escritor, conferencista y consejero.

En muchas ocasiones el ser humano se enfrenta a situaciones que no le agradan, las cuales le ocasionan peleas, discusiones y desacuerdos con personas o inconformidad con las circunstancias que atraviesa. Y la vida de los migrantes no es la excepción. Las reacciones inadecuadas traen insatisfacción.

Historia 1: un traslado no deseado

Un trabajador de una empresa es trasladado de su sede de trabajo de una ciudad a otra más distante.  Al recibir aquella noticia el hombre comenzó a discutir con su jefe. Le reclamó por la decisión. El jefe le explica que es una oportunidad, pero el empleado no acepta, piensa en la dificultad que tendrá para trasladarse.

Mientras camina a su casa, se dice: “En esa otra ciudad gastaré más gasolina,  voy a estar lejos de mi familia y amigos, tendré que madrugar más y estar viajando. No puede ser. Todos estos pensamientos inundaban su mente por lo que comenzó a ir al trabajo de mal humor con actitud negativa y sin ánimo. 

El jefe se dio cuenta de la reacción y le dijo que no se preocupara que mandaría a otra persona en lugar de él. Con esto se tranquilizó porque todo regresó a su rutina normal.

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Historia 2: El compromiso roto

Una mujer a punto de comprometerse entablo una conversación con su novio, quién se retractó de la decisión. Él le expuso que no era el momento más oportuno para contraer un compromiso ya que tenía la oportunidad de viajar al exterior a estudiar la especialidad de su carrera. 

La mujer se enfureció por aquella decisión y a la vez se lamentó. Lloraba día y noche porque no se haría realidad sus sueños, refunfuñaba porque ella creía que al estar su novio en el extranjero podía conseguirse otra mujer. Ella le decía al muchacho que era mejor estudiar en el país y no afuera, le tiro en la cara todas las cartas de amor que aquel hombre le había escrito, decidió romper todo nexo con él y terminar la relación.

 

Cabe preguntarse:

  • ¿Por qué no aceptamos las cosas como son?
  • ¿Por qué nos peleamos con todo aquello que no nos agrada?
  • ¿Por qué no nos gusta aceptar el cambio?
  • ¿Por qué no vemos lo positivo ante la adversidad?

Las respuestas a estas preguntas se encuentran en las reacciones emocionales que se desatan ante un hecho imprevisto o desconocido, las cuales pueden ser miedo, frustración, inconformidad, enojo, tristeza entre otras, las que llevan a pelear con la vida y a impedir la aceptación.

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Rompamos la atadura emocional

Muchísimas personas no logran percatarse de las ataduras sociales que marcan su vida. Tienen su mirada ya que tiene puesta su mirada en el exterior. Esto quiere decir que suelen culpar de lo sucedido a la persona o circunstancia que afronta, sin ni siquiera tomarse el tiempo de reflexionar sobre lo que en verdad siente, piensa, percibe o interpreta. Es por ello que reacciona de manera impulsiva: enojo, angustia, pesar, etc.

Si se deja que las cosas sean lo que son, no habría pelea. Solo serían hechos que suceden sin la interpretación de si son buenos o malos. En pocas palabras:

Lo que es, es. No se debe pelear con lo que es.
Si lo que es, es. Entonces se debe actuar observando lo que es.

De esta forma se verá la realidad de un hecho y no la interpretación mental y emocional del hecho.

¿Para qué debo ver la realidad y no lo que pienso de la realidad? Es sencillo entender y aceptar, para dejar que la vida fluya. Si se deja que la vida siga su curso se abrirá la posibilidad de muchas y nuevas oportunidades que se originan de la propia vida.

 

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¿Qué ocurrió con las historias?

En la primera narración, tiempo después que mandaran a otra persona a la nueva área de trabajo y tuvo un crecimiento en esa área y dentro de la compañía. Era una oportunidad. Tuvo como resultado que la persona que se había ido a esa posición regresara a la capital como Director General del área. La persona que rechazó la oportunidad pasó reprochándose por haber desperdiciado aquel cambio. Seguía en el mismo puesto.

En el segundo caso, años más tarde la mamá de la mujer  sufrió una grave crisis de salud. La refirieron al mejor especialista y resultó ser aquel hombre con quien había roto la relación años atrás. Gracias a ese médico la mamá recupero la salud y ellos se reencontraron. 

Así que los hechos son como son, no pueden suceder de otro modo. Hay que aceptarlos y fluir con la vida. Es como el presente artículo, es lo que es, no pudo escribirse de una manera distinta. 

Para más información puede escribir al WhatsApp (502) 4293-5610